24 de julio de 2007

Bush, Calderon y los terroristas

Pablo Jair Ortega - pablo.jair.ortega@gmail.com.- Sí, los actos de explosiones premeditadas de ductos petroleros en Querétaro y Guanajuato es algo deleznable. El atentado del EPR a la supuesta oligarquía sólo le da el pretexto a quienes dicen gobernar el país para comenzar a empeñarse en temas como el progresivo discurso de terrorismo incipiente en el país, y da más argumentos a los políticos que expresan la necesidad de deshacerse de PEMEX como paraestatal.

No sólo eso, quien esto escribe no está de acuerdo en el método de hacer estallar el poco patrimonio nacional que queda –con eso de que hasta la pirámide de Kukulcán, nueva maravilla del mundo, es propiedad privada– y que, junto con las remesas que mandan los paisanos desde los Yunaites Esteits, es el sostén de este maltratado país, pese al verdadero terrorismo que ejerce el gobierno federal al estar más pegadito a los ductos succionándolos como sanguijuelas para mantener a toda su carísima burocracia y parásita cúpula sindical.

Sí. Este país, que depende (insistimos, pese a que el gobierno federal ocupa gran parte del porcentaje presupuestal para sostener a su burocracia) de los millonarios ingresos petroleros, en contraste con la situación de extrema pobreza, de falta de servicios básicos en buena parte del mismo, tiene los suficientes problemas como para que todavía se agregue a la agenda nacional el combate al "terrorismo", si pensamos que la reciente estrategia contra el narcotráfico fracasó cuando el Ejército mató a unos niños a balazos en Sinaloa. Desde ahí, el comandante en jefe Felipe El Recluta prefirió sacar al Ejército de las calles.

Pero la nueva estrategia parece enfocarse en crear ese ambiente de miedo justo como el que utilizó el mandatario gringo George W. Bush para mantener en estado de alerta a su población de un ataque inminente de cualquiera que odie a los EE.UU., de dimensiones catastróficas, visiones apocalípticas –y nada integradas–, que derrumbarían al "mundo libre". En Fahrenheit 9/11 y Bowling For Columbine, el documentalista Michael Moore lo expresa más claramente: una permanente campaña de terror para mantener a la población asustadiza, histérica hasta de un ataque nocturno de mosquitos.

Acá en el rancho frijolero –aunque se enojen los de Molotov– no han faltado los "especialistas" de temas financieros (como los nuevos alebrijes y rebujos de Televisa) en llamar "terrorismo" a las acciones emprendidas por el Ejército Popular Revolucionario en las explosiones de PEMEX, acorde con el discurso oficialista.


Frijolero, de Molotov

No obstante que quedó demostrado en el sexenio de Fox que compartir la agenda "antiterrorista" de los Estados Unidos no contagió entusiasmo alguno, y que aún así México tiene el prestigio de dar tanto asilo político, como extraditar a posibles terroristas extranjeros, el gobierno federal ya comenzó a dar los primeros pasos en lo que podría ser una estrategia propia del miedo: la inclusión de la palabra "terrorismo" en México podría considerarse novedoso, porque así pretenden llamar a los asuntos de problemas internos de seguridad.

No por nada acaban de crear el Comité Especializado de Alto Nivel en materia de Desarme, Terrorismo y Seguridad Internacional, presidido por un secretario de Gobernación que cuando fue gobernador de Jalisco desató su sociopatía al, literalmente, darles una "madriza" a los manifestantes globalifóbicos. O el anuncio del secretario de Marina, Mariano Francisco Saynez, de la instalación de sistema de radares contra terrorismo para detectar inclusiones marítimas o aéreas no autorizadas en zonas petroleras.

La verdadera cuestión es si, en lugar de alarmarse por inminentes "ataques terroristas", no sería mejor que trabajaran con servicios de inteligencia (usada con inteligencia, valga la redundancia) para detectar situaciones como las de Querétaro y Guanajuato; que el gobierno federal antes de tomar las armas y reiterarse como un estado "de mano dura" –según lo prometió Calderón, así que no debe sorprendernos–, con un Estado Mayor Presidencial más golpeador, sería bueno que utilizaran por lo menos algo que se llama CISEN, o de perdida capaciten bien a los militares para que no anden haciendo ridículos como en la reciente marcha de Oaxaca donde querían infiltrarse y pasar desapercibidos a pesar de su carota de sardos.

Antes de pensar siquiera en implementar una estrategia de terror bushiana, la realidad nos remite a que no están llamando las cosas por su nombre: los discursos son tangenciales y alarmistas, pero la realidad es que las explosiones del EPR han sido en instalaciones bancarias, en la sede del PRI y otros lugares en donde no se ha lastimado a nadie, y sólo han sido daños a inmuebles.

En el caso del PRI… pues despertamos con la noticia, y el dinosaurio sigue ahí.

Sólo debería uno cuestionarse que si los del EPR realmente querían hacer un mega escándalo de muertos, sangre, sudor y lágrimas (¡Oh yeah! ¡Rock and roll, baby!, les recomiendo Spinning Wheel, de Blood, Sweat & Tears) podrían haber pasado a Veracruz para detonar una parte de los 14 mil kilómetros de ductos que atraviesan a la entidad y así por lo menos llevarse de corbata a unos cuantos jarochos, como lo acostumbra hacer PEMEX con sus fatales accidentes que nunca tienen culpables.

Bueno, hasta el momento se identifica a uno: Dios, gracias a la aguda percepción del entonces director de PEMEX Refinación y hoy senador por Veracruz, Juan Bueno Torio, expresado en el desastre de La Balastrera. Hasta sugirió que se le demandara, pero siendo quien es Diosito, debe tener unos abogados muy perrones y colmilludos.

La realidad es que los "atentados" explosivos del Ejército Popular Revolucionario hasta el día de hoy no han matado a nadie, a diferencia de organizaciones terroristas tan conocidas y famosas en el mundo por sangrientas. Y lo peor de todo es que se trata de una organización paramilitar conocida en México que Calderón y su gabinete intentan ensalzar con la palabra "terroristas", sin ni siquiera mencionar el nombre del EPR.

Ahora que la estrategia contra el narco se ha difuminado, la nueva campaña es la de llevar el miedo con "actos terroristas". En el caso de Bush, pues es creíble y hasta justificada la paranoia porque se trata del presidente de los Estados Unidos, reelegido, que no tiene cuestionada su legitimidad como mandatario electo (aunque sí la más baja popularidad). Acá en la granja nopalera, todavía existe un alto porcentaje de gente que cree en el fraude, que no piensa en Calderón como un presidente legítimo, y que además proviene de una campaña de odio promovida por él y su partido contra todo lo que huela a López Obrador y PRD.

Quizás esa sea la insistencia de Felipe Calderón para ahora llevarnos en un nuevo rumbo de violencia doméstica vanagloriada como actos contra la patria demagógica: el mero hecho de usar al Ejército y el aparato del estado para legitimarse a punta de acciones y operativos militares y policiacos.

A los "guachos" no les queda otra que obedecer, porque así se los enseñan en la escuela castrista.

9 de julio de 2007

Antidoping también para el perico

Pablo Jair Ortega - pablo.jair.ortega@gmail.com.- Vaya con el antidoping para alumnos mexicanos que propuso el presidente Calderón en días pasados. Sí, en verdad que apegados a una funesta realidad, los colegiales de ahora quizás están lejos de aquellos buenos muchachos bien portaditos, que a lo mucho se iban de pinta y tomaban unas Caribe Cooler a escondidas; que la cuestión de la mota era como un tabú y sólo algunos lo hacían a escondidas, temerosos, como la muñeca fea, de que alguien los viera.

Como siempre, cito a Bob Dylan: “los tiempos están cambiando”, y la moda actual va más allá de fumarse un churrito de cola de borrego, o de apestarse el aliento a licor del más barato, y lo de ahora es llevar el celular a la escuela secundaria para no sólo grabarle los “chones” a la maestra y a las alumnas, sino para ver si pueden convertirse en estrellas pornos o, por lo menos, directores del incomprendido erotismo hardcore.


Joan Baez y Bob Dylan

Sí, porque ahora resulta que una felación explícita como la de la película “Batalla en el Cielo” es arte. De esto no vemos diferencia alguna con la nueva luminaria “deep throat” del cine casero: Heather Brooke, quien sí se avienta sus tremendos clavados orales.

Pero eso lo dejamos para los curiosos de la internet (¡ah, perversones!), porque esta columna hoy se enfoca a la lamentable idea de un alumnado desenfrenado, cuya decadencia se acelera y se halla lejos ya de los valores familiares. Si bien antes era bonito y hasta tierno disimular la travesura de verle la “panti” a la maestra de ciencias sociales en la ETI, hoy la adolescencia se actualiza y prefiere guardar ese bonito recuerdo en formato JPG, y si es con una resolución mayor a 2 mega píxeles, pues qué mejor.

Ahora con la mano doblada en la frente, y una postura mojigata que recuerda –para los fanáticos de Los Simpson– a la señora del reverendo Alegría, resulta que debemos pensar en los niños, y la mejor opción que se nos ocurre es hacer un antidoping para ver qué clase de sustancias se están metiendo los escuincles, más allá de su adicción a la cocacola, las sabritas, y toda la gama azucarada del osito bimbo.

La realidad es que las sustancias nocivas no caminan solas para llegar a manos de los adictos, y pensando, según la lógica de las autoridades educativas de Veracruz, para el chorromil y pico de alumnos que hay en las escuelas veracruzanas, podemos asegurar que, afortunadamente, un bajo porcentaje de éstos es adicto a algún enervante.

En verdad es criticable una postura donde, en lugar de los cuernos, al toro se le tome de la cola para espantarlo, y luego soltarlo para echarse a correr. Nadie niega que podría ser una de las tantas alternativas que podría dar seguridad a los alumnos, pero en este término también los maestros se supone que están atentos y observadores a las actitudes de sus estudiantes, y que una acción “sospechosista” de alguno de ellos amerita inmediatamente la intervención de la escuela con sus padres de familia.

Claro, se oye muy improcedente por los cientos de casos donde los padres sólo acuden a la escuela a recoger la boleta, y que de plano le importa un cacahuate saber qué hace su hijo cuando no está en el aula.

Lo que aquí se quiere criticar es el viejo cuento de la postura conservadora (¿será porque son del PAN?) de enfrentarse a una juventud decadente: algo que siempre ha existido en todas las generaciones, y sin ser antropólogo, considero esta hipótesis: sólo hay que viajar tantito al pasado y darnos cuenta que conforme las estirpes avanzan, cada una tiene su “juventud en éxtasis”; en los tiempos de nuestras abuelas, si una mujer tenía una falda alzada cerca del tobillo, ya se consideraba impúdica; unos años más para acá, el tener el cabello largo para un hombre, era sinónimo de, mínimo, guerrillero subversivo o mariguano.

La juventud de quien esto escribe también quizás fue motivo para que los abuelos quisieran que me exorcizara el padre Damien Karras, o de plano llevarme al extremo de quemarme en leña verde o de pirul ante la falta de efecto del agua bendita, y sobre todo, cuando me negaba a ir al catecismo.

En fin, ahora que estamos más allá de lo que fue la adolescencia, el pasar por una escuela y ver los símbolos actuales de la rebeldía como los copetes de caricatura japonesa, pantalones rotos (que siempre ha sido una moda), dijes de la Santa Muerte, oyendo las “simpáticas” canciones de Ramón Ayala –espacio para reírse: JAJAJAJA, ASÍ SE LLAMA EL PRETENCIOSO DADDY YANKEE– también nos recuerda que también anduvimos de ridículos haciéndonos los rebeldes, porque todos pasamos por ahí.

Pero la postura más fácil para el gobierno, y secundada por huestes de ultraderecha como la Unión Nacional de Padres de Familia (como si realmente fuese posible aglomerar a todos los padres, entre tanta ideología distinta) y el Partido Acción Nacional, es ir contra los estudiantes para atacar el problema de las drogas.

Esto es una verdadera hipocresía del gobierno… ¿Tienen la autoridad moral para sentirse los vigilantes del consumo de enervantes entre los escolares? Vaya, sólo en Veracruz, con un secretario de Educación tan señalado –y hasta el día de hoy nunca lo ha negado– como adicto a la cocaína, sería realmente engañoso que se pretenda hacerle pruebas a los chavitos, y los que se suponen están a cargo de su educación se libren de tales pruebas.

Lo lamentable además son los partidismos: el PAN apoyando 100% la posición de su comandante en jefe; el PRI, ambiguo, diciendo que van a analizar la propuesta para ver si no daña los derechos humanos. El PRD, pues es obvio que todo lo que huela a Calderón no les gusta para nada.

¿Por qué no, en lugar de andar analizando cabellos, orina y sangre de los estudiantes, los políticos dan el ejemplo antes haciéndose su propio examen? O mejor aún, ¿por qué mejor no toman verdaderas medidas de prevención y ataque contra los cárteles, más allá de la guerra entre Ejército y la PFP contra los sicarios del narco? Como ejemplo, ¿por qué no atacan a las cuentas bancarias, al financiamiento en millones de dólares, el real poder del narcotráfico para corromper hasta a las hormigas para que no pasen por su territorio?

¿Por qué una postura contra la sociedad civil, y no contra la delincuencia organizada? ¿Por qué no hacerle como los gringos?: seguir la ruta del dinero. Ahí podemos decir que podrían darle varias estocadas al toro.

La triste realidad nos impide pedirle un razonamiento lógico a los maestros para no apoyar esta propuesta calderoniana, ya que sus líderes inmediatamente los deslindan de cualquier cosa que pueda pasarle a los alumnos con el argumento de que la culpa lo tienen los padres de familia: si es alcohólico, es por culpa de los padres; si es drogo, también; si es flojo, igual.


Rafael Ochoa y Elba Esther Gordillo, al acudir a Los Pinos el mes pasado (Foto: José Antonio López / LA JORNADA)

Lejano se oye todo lo anterior porque los bancos ni se preocupan por las cuentas bancarias del narco, y mucho menos de tanto correo falso que se envía a nombre de ellos para sabotear a los usuarios. Lejano, por el poder ahora vitalicio que ostenta Elba Esther Gordillo, quien también secundó la propuesta de Calderón a través del SNTE, como si no hubiera maestros –queremos pensar que también pocos– susceptibles a los pecados. (9 DE JULIO DE 2007)

3 de julio de 2007

El testamento de "El Potro"

Pablo Jair Ortega - pablo.jair.ortega@gmail.com.- Viera usted que Minatitlán es un pueblo muy grande en donde la gente se conoce bien entre sí. Muchas familias tienen años radicando en el municipio, y aunque muchos son provenientes de diversas partes del país (dado a la industria petrolera) es increíble la amalgama que se ha formado entre tamaulipecos, oaxaqueños, veracruzanos, tabasqueños, y hasta yucatecos, entre otros.

Por eso luego todo se sabe. En Minatitlán pareciera que es difícil guardar un secreto, ya que nunca faltará el comentario respecto a la vida de los demás.

En el caso de la unión entre el ex secretario de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado, y Juana Isabel Morales Aguirre “La Potra”, ex síndica de Minatitlán (y señalada de dar muerte a su esposo a punta de balazos), en el pueblo se comenta que la alianza de ambos personajes en pro de la candidatura de Flavino a la alcaldía de Minatitlán va más allá de una simple estrategia política, sino incluso de intereses que tienen que ver con posibles pugnas familiares.

Esto se comenta porque en días pasados hubo movimientos en las instalaciones de la Unidad de Mujeres Minatitlecas (grupo de choque dirigido por la ex síndica), cuyas filas llegaban hasta enfrente de los campos de las ligas pequeñas de béisbol, a unos 30 metros del lugar. Esto puso en amarillo los focos de quienes se encargan de monitorear todos los movimientos de las huestes de doña Juana Isabel; y resulta que el objetivo de esa movilización era que les iban a donar unos lotes del rancho “Los Javieres”.

Como se recordará, este rancho pertenecía al finado Javier Gómez, “El Potro”, esposo de Juana Isabel y personaje muy conocido por ser una persona de bienes ostentosos (gustaba de pasear en su camioneta Hummer por toda la ciudad), además de ser compadre del ex líder petrolero y derrocado jefe político de la región Pablo Pavón Vinales, y dueño de varias propiedades importantes en Minatitlán.

El sábado 11 de marzo del 2006, aproximadamente a las 12:15 del día, una fuerte discusión familiar en una de las recámaras de la casona del rancho “Los Javieres” culminó cuando Javier Gómez cayó muerto por 5 balazos calibre 38 especial. Las indagaciones concluyeron que su esposa Juana Isabel era la asesina, y así lo dieron a conocer las autoridades ministeriales en su momento.

A raíz de esta tragedia, la consecuente huida de Juana Isabel, su paso hacia el desafuero, y los procesos legales, queda en medio el testamento de “El Potro”, del cual se dice es una cuantiosa una fortuna y que parte de ésta incluye el rancho “Los Javieres”, ubicado a un costado de la autopista Nuevo Teapa-Cosoleacaque, al parecer a nombre de Javier Gómez.

El pasado regresa para hacerse presente. Resulta que doña Juana Isabel tiene dos hijos de anteriores matrimonios: Damara Isabel y Javier Eduardo, ambos reconocidos por Javier Gómez como suyos, otorgándoles su apellido. Quedarían bautizados como Gómez Morales, pero se divulga una pequeña traba: los padres de Damara y Javier nunca dieron su consentimiento para que cambiaran el apellido de sus respectivos hijos.

Originalmente Damara Isabel debería llamarse López Morales, siendo nieta de un conocido jefe militar apellidado López Flores; Javier Eduardo, por su parte, es hijo de Juan Carlos Trolle, hijo del ex alcalde de San Juan Evangelista, Carlos Trolle Franco.

Pero al igual que sucede con Flavino Ríos Alvarado, cuando se cree que el destino nunca los va a alcanzar falseando una acta de nacimiento, al matrimonio Gómez Morales se le hizo muy fácil cambiar los apellidos de los hijos de Juana y creando una nueva identidad para ellos, siendo que por ley la primera acta de nacimiento es la válida y única de por vida.

Se reconoce la buena acción del fallecido ganadero al cumplir como todo hombre con los hijos de su amada Isabel, pero lo que nunca pensaron es que esta acción ocasionaría el actual conflicto de herencia que se disputa entre la señora Morales Aguirre y sus hijos, con la familia de una hija legítima de Javier Gómez: trasciende que los bienes a nombre del difunto estarían intestados y por ley pertenecen en un 50% a la esposa, y el restante a los hijos, pero como sólo hay una única hija de “El Potro”, nacida antes de juntarse con la ex síndica (al parecer de nombre Jovita), ésta podría convertirse en la heredera universal.

¿Por qué universal? Porque todavía existe la investigación contra la señora por el presunto homicidio de su esposo Javier Gómez; de ser culpable, automáticamente le dejaría sin el beneficio de herencia, y los bienes pasarían directamente a la hija del desaparecido ganadero.

En Minatitlán comentan que la hija y su familia están decididas para que la presunta asesina no se quede con dichos bienes.

Por lo anterior y en vista de que posiblemente les puedan quitar el rancho y otros millonarios bienes, doña “Juana Gallo” andaría promoviendo la invasión de una parte del rancho por parte de sus huestes (la Unidad de Mujeres Minatitlecas), con la finalidad de crear un problema de tenencia de tierra y llevarlo a juicios que llevan a veces años para el desalojo, lento por las argucias legales de los abogados, sobretodo planteados por litigantes astutos y caros que puede pagar la señora Morales Aguirre.

De aquí se comenta que surge la alianza con Flavino Ríos Alvarado: se dice que a través de la notaría de éste, el doctor se encargaría de escriturar por medio de informaciones testimoniales la posesión de dichos lotes, lo que llevaría a las huestes de Morales Aguirre a tener su pedacito del rancho “Los Javieres”, a sabiendas de que existe un conflicto de bienes intestados.
El fondo vendría siendo siempre lo mismo: el maldito dinero. Esto en parte también explicaría el apoyo de la Unidad de Mujeres Minatitlecas al notario “espurio” (por aquello de que consiguió la notaría con el acta falsa).

Fíjese que coincidencia: tanto a Flavino como a los hijos de “La Potra”, una simple acta de nacimiento los viene alcanzando desde el pasado para ubicarlos en la realidad del presente.
Eso pasa por querer cambiarse de nombre… y de origen. (3 DE JULIO DE 2007)

2 de julio de 2007

El sur pone nervioso al PRI

Pablo Jair Ortega - pablo.jair.ortega@gmail.com.- “Están muy reñidas las elecciones”: es la percepción de varios ciudadanos del sur de Veracruz con los que hemos platicado en los últimos días, y es de destacarse que ante una incipiente democracia en México a raíz de la caída del PRI en las elecciones del 2000, la ciudadanía ha ido madurando más su voto, y poco a poco desaparecen los vicios y típicas mapacherías inculcadas institucionalmente por el tricolor.

Si bien todavía existen algunas rutinas para influenciar sobre el voto, como el caso de los desvíos obvios de recursos públicos, los apoyos que se entregan en bolsas rojas, azules o amarillas -según el partido en el poder-, las sutiles presiones hacia sectores populares, amas de casas, pequeños sindicatos, comerciantes, etc., hay que resaltar que el ciudadano ha estado madurando electoralmente y asume como una gran responsabilidad el ser un votante, más que un mercantilizado “ciudadano IEV”.

El elector ha estado tan participativo en cuestiones de comicios, que incluso la gran muestra se dio en las pasadas elecciones de hace un año, el 2 de julio, cuando se da una gran participación del pueblo mexicano para dar cumplimiento al compromiso personal de llevar su voto a la urna más cercana.

Más allá del compromiso, nadie negará que también las discusiones en muchos hogares se centraron en el tema electoral; que si la guerra sucia, que si el mesiánico peligro para México, que si el chaparrito pelón de lentes, que “conmigo esto se acabó”, y otras tantas lindezas que nos dejan los creativos de las agencias de publicidad para el folklore de la política mexicana. El asunto es que así como trascendían los radicales y excrementicios agarrones entre los principales candidatos a la Presidencia, en la casa no faltaba el padre conservador contra el hijo pejista, o la madre madracista contra la tía mocha, o el marihuano extremista de izquierda contra todos… El asunto era que como mexicanos también estábamos en la controversia, en el debate político, sin necesidad de tener que chutarnos los cientos de programas especiales que se hicieron en la tele para la ocasión.

Sirvió también para darnos cuenta que hay cosas más interesantes para discutir que Jolette y su salida de “La Kkdemia”, tema el cual increíblemente nos ponía a discutir en la oficina de redacción (me reservo a decir qué oficina era para evitar penas a terceros de discusiones tan banales).

Sí, en verdad que tenemos que concedernos un aplauso de pie y quitarnos el sombrero de cuatro pedradas, cachucha, boina o hasta birrete, porque ahora estamos más concientes de lo que representa una papeleta electoral; que no sólo se trata de poner una bonita tacha como así lo decían las paredes instructivas con el “VOTA ASÍ”; ahora el sufragio es más razonado, incluso quizás hasta más convenenciero, y es difícil pensar ahora en votos corporativos o gremiales.

No obstante, a nivel nacional, el ejemplo de que un poderoso sindicato puede hacer lo que se le plazca una vez que no tiene que rendirle tributo al legendario presidente priísta, fue el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, cuya estirada dirigente Elba Esther Gordillo dirigió para favorecer al Partido Acción Nacional.

Pero al menos en el sur de Veracruz, bastión durante mucho tiempo de los priístas, influenciado por un gran poder de ganaderos y del omnipotente sindicato petrolero, ahora se ven sectores completamente separados a lo que hace apenas una década era impensable: retar al PRI, porque retar al PRI, era retar al gobierno, retar al gobierno era retar al gobernador, y si se retaba al gobernador, de refilón se retaba al Presidente de la República.

Como ejemplo tenemos la reciente derrota del líder petrolero Jorge Wade González, postulado por el PRI en las elecciones federales para ser legislador en San Lázaro por el distrito de Minatitlán, y de quien se aseguraba que ganaría contundentemente, pero lo impensable fue que ganó el comerciante Robinson Uscanga, quien casi ni hizo campaña. ¿Qué sucedió? ¿Cuál era la explicación pese a que el sindicato petrolero controla la mayor parte de la estructura electoral a través del PRI? ¿No causaba simpatía el minúsculo bigote de Wade al poblado mostacho de Robinson? Quién sabe, pero fue una sorpresa estatal.

Y no sólo en Minatitlán, en Nanchital también se vivió la estrepitosa caída del poder petrolero hace dos años y medio cuando triunfó un partido distinto al PRI: el Partido Revolucionario Veracruzano. Igual en Las Choapas, donde ganó el PAN con Renato Tronco, igual que en Agua Dulce, Acayucan, y decenas de municipios más que pasaron a manos de la oposición ya sea en los ayuntamientos como en las legislaturas locales y federales.

Hoy el PRI se mantiene nervioso dado a la gran prueba de fuego que tiene enfrente: son las primeras elecciones locales de la administración encabezada por el gobernador Fidel Herrera Beltrán, y es aquí donde se reflejará en verdad si el trabajo político, los operadores, los dirigentes priístas, las gestiones, la eficacia del gabinete, de los diputados y alcaldes de este partido, son agradables para la población y se traduce en votos favorables para el tricolor.Se duda mucho lo anterior porque pese a un intenso ritmo de trabajo del gobernador Fidel Herrera (aunque ahora se ha relajado más, por el bien de su salud física), muchos alcaldes priístas están totalmente “pelados”: como Raúl Morales, en Minatitlán; Cuauhtemoc Cadena, en Cosoleacaque; hay diputados locales a los que no se les augura grandes posibilidades ahora que quieren ser presidentes municipales, como Ricardo Calleja; y ya ni se diga de representantes o funcionarios del gobierno estatal que supuestamente por ser del sur podrían haber hecho algo por su comunidad, como Marcos Theurel, “flamante” secretario de Comunicaciones.

La realidad es que el PRI no tiene contento a muchos, especialmente en el sur, como así se pueden ver en diversas protestas y pugnas que se están llevando a cabo en la región. Ahora la tarea de dicho organismo político va más allá de unas simples elecciones locales, porque tiene que dejar a los mejores hombres del PRI en los cargos, al partido muy bien posicionado, una representatividad efectiva del tricolor en los distritos y una buena labor de cada uno de sus funcionarios o representantes populares, por el riesgo de una alta probabilidad de que el gobierno estatal pase a manos del PAN, o de Miguel Ángel Yunes Linares, o incluso de Convergencia, con Dante Delgado.

A final de cuentas quizás también no pase nada: la clase política es un sistema propio de códigos, tradiciones, amistades, lealtades, traiciones, y no dudamos que veamos lo mismo de siempre, sea el partido que sea, el que esté en el poder: el PAN, por ejemplo, ha aprendido y pone en práctica muchas mapacherías que el PRI patentó.

Eso es lo único que falta: así como los votantes han madurado, ojalá así también lo hicieran los políticos veracruzanos, y no perdieran el tiempo en pedir seriedad a la prensa cuando se les caricaturiza o fotografía en situaciones chuscas, y por el otro lado, andan montando toros mecánicos como si fuese una gracia para su investidura.

Un excelente amigo comentaba hace poco: “Imagínate a los grandes líderes de antes, a Demetrio, a don Yayo, haciendo el ridículo” (2 DE JULIO DE 2007)