23 de febrero de 2014

Vicente Fox, ¿el nuevo capo del narco?

Zacatito para el Vicente

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- 
La detención de Joaquín Guzmán Loera generó una serie de reacciones internacionales de agrado por la captura del narcotraficante más buscado en el mundo. En Mexicalpan de las Tunas, hubo igual bromas o descrédito a la captura del originario de Badiguarato, líder del Cártel de Sinaloa.

Como mexicanos incrédulos del estado, no falta el iluso que diga que se trata de un montaje: un triste bigotón cualquiera con cara de un regordete Pedro Infante. Que no es el galán que todas las lobukis del narco esperaban, sino un tipo disfrazado para que nos encajen otro aumento al kilo de limón o a la gasolina Magna.

Los mexicanos desconfían del gobierno, porque si bien la captura de “El Chapo” es un golpazo al crimen organizado, la otra nos indica que apenas es el primer gran capo detenido por el gobierno de Enrique Peña Nieto, a quien se le escapó otro gran narcotraficante llamado Rafael Caro Quintero, también de Sinaloa.

Alguna vez el periodista Raymundo Rivapalacio, en el extinto programa “El Cristal Con Que Se Mira”, dirigido por Víctor Trujillo, hacía un apunte interesante: históricamente --palabras más, palabras menos-- en cada sexenio hay un cártel beneficiado y otro perseguido.

A lo anterior podemos añadir que ante la ausencia del presidencialismo priísta por 12 años, los grupos delincuenciales se entendieron directamente con los gobernadores de las entidades, y no es para menos que cualquier mandatario estatal, de cualquier partido, estén siendo involucrados con el narcotráfico por la probable protección oficial que les brindaron. Es decir, hasta las rutas del narco se partidizaron y politizaron.

De igual manera, siempre existió la versión de que “El Chapo” fue el narco favorito de los panistas. Que la presunta protección e intención de hacer crecer un negocio millonario para el cártel de Sinaloa, beneficiado por los sexenios de Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa, fue ocupando recursos del gobierno como las fuerzas castrenses y sólo así se entendería que el Cártel de Sinaloa comenzara a tener presencia en plazas como Veracruz.

Parece mentira, pero qué casualidad que Fox anda pidiendo la legalización de la marihuana justo en los momentos en que el Cártel de Sinaloa (el no beneficiado por la administración del priísta Peña Nieto) ha estado siendo perseguido desde hace unos meses atrás deteniendo a sus principales colaboradores, que fanfarroneaban de su poder en redes sociales, tomándole fotos a sus lujos, excentricidades y naqueces.

Y es que en Sinaloa hay toda una narcocultura palpable sobre el poder que tiene el narcotráfico. En redes sociales hablan de “El Patrón” como una leyenda casi divina del “Chapo”; para algunos sinaloenses es un orgullo que su estado sea la referencia obligada en la historia de la mafia mexicana, la violencia, el cuerno de chivo, los plantíos de droga y el estilo de vida ostentoso por las ganancias ilícitas.

No por nada, existe dentro de la narcocultura el famoso “Movimiento Alterado”, una corriente sonora donde se concentra la eufonía grupera, encargada de enaltecer las hazañas de los capos de la droga disfrazada de música popular inofensiva.

Ya siendo más serios, el tema de la captura del “Chapo” encaja perfectamente en el de la pretendida legalización que se le quiere hacer a la marihuana en México, imitando a los países que son primera potencia, como si tuviéramos la educación de Holanda o los estados de Washington y Colorado en EEUU.

Siendo perspicaces como esos mexicanos que piensan que la captura del sinaloense es una cortina de humo para algo más escabroso, tampoco nos podemos tragar el cuento de que repentinamente un ex presidente como Vicente Fox le entre al tema de la legalización de la mota porque le parece sabio o bondadoso. Que detrás de todo eso --no dude usted-- ya haya toda una industria lista para vender marihuana legal y de paso entrarle a la millonada que deja la exportación.

Vaya, si en Ámsterdam se vende mota mexicana ilegal y es popular, qué no podemos esperar de los industriales de la mota que tendrán lista la mercancía para su venta al mayoreo.

También, en aras del sospechosismo, no dude usted que el Distrito Federal (donde se concentra la mayor cantidad de población del país, y, por ende, una gran cantidad de adictos potenciales) sea el laboratorio de un proyecto más grande y para que el día de mañana, en lugar de depender del petróleo, tengamos una paraestatal digna para producción de mota en grandes cantidades: que de los barriles, pasaremos a las pacas; que en lugar de los tipos Istmo, Maya u Olmeca, pasemos a la Sinaloense, Oaxaqueña o Veracruzana.

Y no, no satanizamos a la mota, al final de cuentas está comprobado que mata más gente el alcohol y el cigarro; quizás el futuro de México realmente está en la legalización de la marihuana y Peña Nieto está encaminando el progreso del país en una industria verdaderamente lucrativa y que reactivará hasta el campo.

Y si no me creen, pregúntenle al Cochiloco.

14 de febrero de 2014

La casa para la familia de Gregorio

El funeral de Gregorio (Cuartoscuro)

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.-
 Causó revuelo un “escándalo” el supuesto ofrecimiento de una casa por parte del gobernador Javier Duarte a la familia del desaparecido periodista Gregorio Jiménez. Según lo correctamente político, la familia no debía aceptarla.

Otra versión confiable es que nunca se ofreció una casa para la familia de Gregorio, sino que les dieron la opción de rentarles una vivienda en Coatzacoalcos para su seguridad y terminar de edificarles la que Goyo, con mucho esfuerzo, estaba construyendo en Villa Allende.

El tema es que por dignidad estuvo “bien” que la viuda Carmela Hernández no aceptara ni casa nueva ni “dádivas” del Gobierno del Estado, pese a las condiciones de precariedad, pobreza y humildad de la familia. Súmese a eso que Gregorio, su esposo, era el pilar económico de su prole.

Quién sabe, pero pareciera que alguien de mala leche anda dando malos consejos a la familia, pues el no aceptar la oferta de gobierno ni ayuda a la situación familiar ni tampoco destraba el asunto de justicia que merece el autor de “La Notitas del Pantera”; por el contrario, creemos que la familia debió haber aceptado eso, exigir mucho más, pero sobre todo justicia para Gregorio.

Digo, si en las protestas dicen que Gobierno del Estado mató a Gregorio, dadas las circunstancias económicas de la familia, lo mínimo sería que pagara caro, muy caro, la muerte del periodista. Que no fueran sólo pequeños apoyos económicos, mínimo empleos bien pagados como los que hay en la administración estatal, becas, pensión y mucho más, especialmente por la situación de seguridad social para los periodistas en Veracruz.

Pero, por encima de todo, se aceptaba todo lo que ofrecían y se seguiría en la lucha por justicia a Gregorio Jiménez de la Cruz; nunca se claudicaría y, por el contrario, teniendo al menos una parte resuelta en lo que respecta al patrimonio familiar, se seguiría presionando a la administración estatal para que resolviera favorablemente el caso de Goyo.

Pero no, el “escándalo” es que cómo chingaos va a aceptar una casa la familia… ¡Es una infamia!

Es entendible el enojo y encono, pero eso no soluciona las cosas, especialmente en una situación tan vulnerable para la familia (como el hecho de que por llevar una primicia periodística, se nos olvidó la regla básica de la confirmación y todo mundo dio por vivo al periodista porteño); y aunque Gregorio no está con nosotros, lo mejor es hacer acto de cabeza fría para pensar mejor la estrategia en lugar de pretender ser reaccionarios que van a “arrodillar” al gobierno.

Eso nunca ha funcionado.

Seguramente esos que mal aconsejan tienen el dinero suficiente para apoyar económicamente a la familia de Gregorio; que lo “políticamente correcto” ayudará a la pobreza en que viven. Que recibir una casa o que le construyan una, quiebra su dignidad.

Eso, mis estimados, es para enanos mentales.

LOS “ACTIVISTAS”

Causa curiosidad que “activistas” ligados a opositores políticos andan operando en abierto visitando las plazas que hay que visitar para enardecer lo que políticamente ha operado y manejado mal el Gobierno del Estado: la relación con periodistas y el tema de seguridad.

Viajar cuesta, más ahora que Valentín Ruiz le dio por subir las casetas (seguramente es muy mísero el pobre empresario). Los viáticos cuestan, la gasolina ha subido como nunca, la comida tampoco es barata, y no obstante, resulta que estos “activistas”, redentores de la libertad de expresión, andan con la bandera paseándose por puntos claves recalcitrantes de la entidad jarocha.

Si hay un periodista muerto en Pueblo Viejo, tenga por seguro que allá también los veremos. Si hay uno en Benito Juárez, también allá los veremos… Vaya, ni de Regina se acuerdan ahorita; el tema es Goyo y por eso estuvieron en Xalapa y Coatzacoalcos.

En este businnes nos conocemos todos; a muchos se les ha perdido el instinto periodístico y hacen el caldo gordo a quienes quieren llevar agua para su molino en el caso de Gregorio Jiménez.

¿Activistas por la libertad de expresión? ¡QUE SE LOS CREA LA TAPU DE SU DREMA!... (¿lo hice bien? ¿ya soy de discurso incendiario? ¿Ya soy del club? Mtaaaa)

10 de febrero de 2014

La venganza que nunca debió existir contra Gregorio


Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Al momento de redactar esta columna, se cumplen 5 días de la desaparición de Gregorio Jiménez de la Cruz, reportero de la fuente policiaca de los diarios Notisur y El Liberal del Sur. Fue sacado de su casa con toda la impunidad en la que se cobijan los cobardes. Han pasado 5 días y hasta hoy no aparece ni hay señas de su persona.

La indignación crece, la tristeza se apodera, la expectación se agudiza. “Goyo” (como es conocido ya en estos días en todo el mundo gracias a las redes sociales) debe aparecer: vivo se lo llevaron, vivo lo queremos. Exigimos, demandamos, que Goyo regrese con vida, sano y salvo, íntegro con su familia.

Como ya es sabido, Gregorio fue secuestrado por un comando en las puertas de su casa el pasado miércoles 5 de febrero, alrededor de las 7 de la mañana, poco después de haber dejado a sus hijos en la escuela. Tiene una familia grande de 5 hijos y algunos nietos, de los cuales --al menos de la mayor parte-- es sostén económico.

Son de escasos recursos, muy humildes, con una casa que apenas Gregorio, con mucho esfuerzo, está construyendo poco a poco: su vivienda es una mezcla entre obra negra con retazos de láminas y lonas ubicada allá por el rumbo de Villa Allende, congregación ubicada al otro lado del río Coatzacoalcos.

También es conocido --no de ahorita-- por ser refugio de delincuentes, paso de indocumentados y hasta de brujos. Desde Villa Allende, parte una carretera poco conocida que bordea toda la playa y llega hasta la congregación Tonalá (perteneciente al municipio de Agua Dulce), que es limítrofe con el estado de Tabasco en el río del mismo nombre. Ahí, hace unos años, hicimos un recorrido periodístico del paso los indocumentados que cruzaban en balsa el río y algunos tomaban camino a través de toda la costa hasta llegar a Villa Allende, mucho antes de que se popularizara el tren conocido como “La Bestia”.

Toda esa zona de los ejidos que conectan desde Villa Allende hasta Tonalá, es un terreno fácil para escapar y de escasa vigilancia. Es precisamente en esa zona donde este domingo se suscitó el rumor de que había una fosa con dos cuerpos, pero nunca se encontró nada, a pesar de que al lugar se trasladaron autoridades y reporteros. Según reportes extraoficiales, una llamada anónima habría alertado de dicha fosa y aseguraba que ahí estaban los restos de Gregorio y de un taxista secuestrado en Agua Dulce. Nada de esto fue real.

Otras llamadas perversas fueron hacia la esposa de Gregorio, Carmela Hernández, para atormentarle y decirle que el cuerpo del ejido Guillermo Prieto era el de “Goyo”.

Lo que es real, dicen fuentes policiacas de la zona, es que por esta ruta debieron llevarse a Gregorio, pues cruzar el río hacia la cabecera municipal o de plano tomar la carretera hubiese sido descabellado. No por nada, la señora Carmela dice que él todavía se encuentra en la zona de Villa Allende.

NO ES LA DELINCUENCIA ORGANIZADA

No hay que ser genio para que, conociendo ese camino entre Villa Allende y Tonalá, se pueda secuestrar a una persona y llevársela con toda impunidad en un territorio sin ley, como también podemos desprender que la delincuencia organizada no está involucrada en el evento.

El 14 de diciembre de 2013, un grupo de sicarios secuestró al reportero Hernán Villarreal Cruz, del diario Presencia de Las Choapas. Lo tuvieron retenido por unas horas y el mensaje (palabras más, palabras menos) fue: “No te matamos por lo que representas y porque nos afectaría a nosotros, pero ya bájale de huevos”; la mafia mexicana sabe lo que significa desaparecer un reportero y el caos que se crearía en Veracruz al atraer los reflectores internacionales y todo los cuerpos armados en la zona: es malo para el negocio.

De aquí podemos deducir que quienes se llevaron a Gregorio son delincuencia suelta, “pelusa”, “halconcitos” o gente que se dedica a la mala vida sin necesariamente pertenecer a la delincuencia organizada. Malandrines amigos de la dueña de la cantina “El Palmar” que se habrían llevado a Gregorio para darle un escarmiento por exhibirla en los periódicos.

No sería extraño lo anterior, pues en Coatzacoalcos, desde que tenemos conocimiento, las cantinas son padroteadas por delincuentes de poca monta y son quienes se encargan de dar “protección especial” cuando se trata de mujeres propietarias de bares. Esto, puede confirmarse en el famoso Barrio Alegre, la zona de tolerancia donde todos los trasnochados, alguna vez, llegamos a pistear. Los parroquianos que daban problemas (hasta antes de la aparición de la delincuencia organizada para tomar control de dichos bares) eran golpeados con saña por gente que simplemente a eso se dedicaba como modus vivendi.

EL ROCE CON LA DUEÑA DE “EL PALMAR”

Según datos investigados por fuentes en Coatzacoalcos, Gregorio es “levantado” porque, según palabras de la señora Carmela Hernández, en el diario se refirieron al bar “El Palmar” como una “cantinucha de mala muerte”, lo que originó el enojo de la propietaria del lugar, especialmente porque ya tenían un conflicto previo que involucra al hijo de dicha señora y una hija mayor de “Goyo”, quienes habrían sostenido una relación sentimental que terminó en una abrupta ruptura; tanto, que la dueña de “El Palmar” agredió físicamente a la hija de Gregorio e hizo que el reportero interviniera para que no pasara a mayores.

El pleito personal mantuvo tensa la situación, especialmente porque la cantina “El Palmar” se encuentra cerca de la humilde vivienda familiar. De ahí pasamos a la dueña de la cantina, identificada como Teresa de Jesús Hernández Cruz, por las publicaciones de Gregorio exhibiendo dicha “cantinucha” que derramaron el vaso y causaron la desaparición del periodista sureño.

Según fuentes extraoficiales, a Teresa de Jesús Hernández Cruz la habrían ya liberado después de que fue interrogada, ya que no tienen pruebas contundentes en su contra a excepción de la confrontación verbal con Gregorio derivada de las agresiones a su hija.

De hecho la familia de “Goyo”, desde el momento de su desaparición, fue sacada del área de Villa Allende por protección y llevada a un hotel; es por eso que el alcalde Joaquín Caballero y hasta el gobernador Javier Duarte, les sugirieron rentarles una vivienda segura mientras el trance finaliza; incluso, se les ofreció terminar la casa que Gregorio estaba construyendo con tanto esfuerzo. Nunca les ofrecieron una casa nueva. Esta fue, de hecho, una idea tomada de las múltiples peticiones hechas con verdadera preocupación por parte de los periodistas de Coatzacoalcos que exigen su regreso y que se reunieron con altos funcionarios del Gobierno de Veracruz el pasado 6 de febrero.

Este lunes, una de las hijas de Gregorio, astuta y con toda su angustia, logró salirse de la seguridad del hotel y marchó con los periodistas para luego expresar en un megáfono que estaba harta de que los tuvieran encerrados. Su desesperación no es para menos: su padre no aparece.

CASA POR CASA

La señora Carmela Hernández dio una entrevista este lunes 10 de febrero al reconocido periodista Ciro Gómez Leyva, donde suplicó a la ciudadanía que si alguien tenía información de su esposo, por favor que avise porque están desesperados: “nos sentimos desprotegidos, o sea, es el mismo temor, temor de que algo malo le haya pasado”.

Ahí reconoció que están recibiendo todo el apoyo la Comisión para la Defensa de los Periodistas, pero cuestionó la búsqueda que se hace de su marido: “yo siento que no, no sé si no se está revisando bien, yo he pedido que se revise todos los lugares que sean cercanos a Allende y quiero que se revise, o sea yo he pedido que se revise casa por casa, mis vecinos también quieren que se revise casa por casa, porque ellos también tienen el temor de que a él lo tienen ahí y de que son gente conocida, entonces pues nosotros pedimos, exigimos la familia, de que se sigan buscando y encuentren vivo”.

Reiteró: “son personas que nos conocen, que son personas que lo tienen en Allende, en Allende todos nos conocemos, entonces ¿Cómo saberlo? Créame, créame que si yo lo supiera ya me hubiera ido a buscarlo, pero no sé, es una incertidumbre, es una angustia que tenemos nosotros de no saber nada de mi esposo. No sé por qué se lo llevan, no sé, no sabemos ¿me entiende? Lo que queremos es el apoyo y se está buscando, es lo que nos han dicho, se sigue investigando, pero hasta ahorita todavía no hay resultados”.

7 de febrero de 2014

Horas de impotencia y plegarias por Gregorio

Gregorio Jiménez de la Cruz

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Se cumplen 48 horas de la desaparición de Gregorio Jiménez de la Cruz, reportero de la fuente policiaca que trabaja para los diarios El Liberal del Sur y Notisur.

Al cierre de esta edición, tres altos funcionarios del gobierno de Veracruz y un alcalde terminaron una conferencia de prensa en Coatzacoalcos para detallar avances de la investigación. Uno más, ausente, se supone estaba en labores propias de su cargo.

Pero no fue suficiente.

La conferencia de prensa se convirtió en una manifestación contra las atrocidades que quedan impunes.

El enojo, la irritación, la impotencia, los corazones anquilosados por horas angustiosas: Gregorio no aparece. La familia, alejada de los reflectores. Los compañeros de labor son los que se han movilizado para exigir su presencia, sana y salva. Exigen también garantías para su seguridad: ni uno más.

Ni uno más, ya.

En verdad, en serio. Los que tengan que mover los hilos para ese asunto, que operen ya, en lugar de hacerse chaquetas mentales de aspiraciones políticas.

Que se apliquen ya los policías, soldados y marinos que presumen afanosamente de saber quiénes son los malosos que operan en una zona donde la delincuencia ha vuelto a asentar sus reales.

Que quienes se supone que defienden y protegen los derechos de los periodistas en verdad se acerquen al gremio a escuchar las inquietudes. No en momentos de crisis, sino de manera permanente, constante. Que los cursos de supervivencia tipo Rambo no servirán para nada: en Veracruz no cubrimos guerras tipo Medio Oriente, no usamos armas, ni pretendemos hacerlo.

Que se ubiquen quienes se tienen que ubicar que cada región de Veracruz tiene su problemática en particular. Los reporteros, esas realidades, las recogen diariamente. Lidian con todo y es parte del oficio. El sur de Veracruz tiene motivos históricos para protestas fuertes: los cobardes asesinatos de Jorge Salinas Aragón (1959) y Javier Juárez Vázquez (1983) son los casos más emblemáticos de las muertes de periodistas ordenadas desde de la mafia entretejida en el poder.

Sí, hay quienes aprovechan el momento para llevar agua a su molino. Eso es inevitable: los intereses personales movidos por personajes oscuros son cosas de todos los días. Cada quien hace de su pluma un papalote.

Hoy los ojos del mundo están puestos en Coatzacoalcos. Veracruz vuelve a ser noticia por ser territorio peligroso para los periodistas; y si bien no los mató Javier Duarte, ni Bermúdez, ni Amadeo, ellos son los que velan por la seguridad de los jarochos. Las responsabilidades y consecuencias, en automático, son atribuidas a ellos.

Es llana la tarea: tienen que responder y apechugar.

Se cuenta que Hernández Ochoa era experto para esas lides: era dado a ir al Valle del Uxpanapa a escuchar mentadas de madre de los indígenas chinantecos que estaban (están) enojados de cómo fueron desplazados de su tierra nativa. El gobernador ecologista sabía de eso e iba con gusto.

La moraleja del día es “escuchar”.

Desde este espacio rogamos a cualquier fuerza humana, sobrenatural, divina o extraterrestre que Gregorio Jiménez de la Cruz regrese en las próximas horas a los brazos de su familia. Que esta columna quede desfasada en el tiempo y mientras es leída, ya la noticia es que Gregorio está en su casa.

Quienes tienen el poder de hacerlo posible, por favor, tengan compasión: nada les cuesta.

4 de febrero de 2014

¡Las autodefensas llegaron ya!

Portada de El Chamuco, en referencia a las autodefensas de Michoacán

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.-
 Qué casualidad, aunque dicen que en esto de la grilla nunca hay casualidades, pero ahora lo de moda son las autodefensas.

Ahora en Zongolica amagan con crear algo similar a lo que sucede en Michoacán, donde insisten que las armas de alto poder que poseen se las han quitado al narco, pero pocos les creemos: el negocio de las armas es muy rentable y a los mercaderes de éstas no les importaría qué demonios se está luchando en Michoacán, mientras las pistolas y fusiles se vendan como pan caliente y las introduzcan al por mayor. Estados Unidos es experto en eso.

Al mismo tiempo, en Jáltipan dicen que también andan con el mismo cuento de que van a generar autodefensas por la inseguridad que se vive en el municipio, aunque quizás ahí tengan algo de razón justificada: la estrategia de seguridad planteada para el sur de Veracruz no alcanza municipios claves como Jáltipan y Las Choapas, zona de peligro que parecen olvidar.

Pero de eso, a que ahora resulta que todos seremos Pancho Villa y agarraremos las armas, hay una gran diferencia.

El jarocho es mitotero, nos conocemos por cómo somos de chismosos y hacerle al cuento cuando nos interesa algo. Sea desde conveniencias políticas o por el puro gusto de joder al vecino. Podemos partir de que cualquier líder avocado a intereses políticos, use el tema en boga (las autodefensas) para “declararle” la “guerra” al Estado y de paso atraer la atención mediática necesaria para su posterior organización. De ahí, obtendrán las posiciones políticas, las prebendas, el dinero.

Desde este espacio, este humilde veracruzano ha escrito que es una verdadera locura y estupidez llamar a las armas quesque para crear una revolución. La misma historia nos ha enseñado que en los conflictos armados sólo pierden los inocentes y sólo se instauran nuevas tiranías. Lo de Michoacán es un asunto muy propio de Michoacán, con su contexto histórico y sociopolítico: nada tiene qué ver con el caso Veracruz.

Si de veras somos entrones y ya nos sentimos michoacanos, ¿por qué nadie se ha levantado en armas desde antes cuando la situación verdaderamente estuvo difícil? ¿Por qué nadie demostró tener los tanates de Alejo Garza Tamez para enfrentar a los malosos por sí solos para defender su propiedad?

Quizás sea porque no tenemos esa cultura de usar pistolas como si fuesen calzones y el veracruzano es hasta cierto punto comodino con la situación que se le presente; sí, hay ciertas regiones donde son orgullosas de sus pistoleros, como las colindantes con Oaxaca y Puebla, donde también tienen sus conflictos y delincuencia muy particulares.

La realidad es que curiosamente en estos tiempos tranquilos, donde la delincuencia se ha calmado en comparación de hace unos años, pareciera que ahora brotan envalentonadas los llamados a las autodefensas como palomitas de maíz de la olla, al mismo tiempo que al vapor echan rumores de niños robados y camionetas blancas secuestradoras, justo en la parte más álgida y que genera más pánico y miedo en Veracruz: la seguridad.

Es cierto, se habla de que continúan las maldades en Veracruz, no se puede negar, pero tampoco podemos cerrar los ojos y hacer oídos sordos a que también la entidad jarocha es experta en crear monstruitos que usan temas como la violencia para crear incertidumbre y usarlo para los fines que les convengan. Para nadie es desconocido que el veracruzano tiene esa escuela de la rumorología y que la carne de cañón jarocha se preste a hacer el caldo gordo.

El veracruzano es mañoso; la ola de rumores y guerra mediática ya comenzó ¿será porque quienes mueven los hilos detrás buscan jalar agua para su molino en aras de la sucesión gubernamental y diputaciones federales? En verdad, piense esto: ¿a quién le conviene un estado sumido totalmente en la alarma? ¿A la población? ¿Al comercio? ¿Quiénes serían los más beneficiados del pánico en general?

Además, si en realidad andan muy machitos haciendo el llamado a autodefenderse, ¿por qué no lo hicieron durante el sexenio pasado, cuando los balazos estuvieron de a peso? ¿O en el momento en que la Marina y Ejército disipó la violencia en puntos claves del estado? ¿Por qué ahora en el momento donde surge el tema de Michoacán y a pocos meses de intensas elecciones?

Creemos que la realidad está detrás de oscuros intereses de desestabilización social, fácil de realizar por el tema álgido de seguridad. Mañana no se sorprenda si siguen acciones para “calentar la plaza”: se acercan las diputaciones federales y usted puede ver que, por ejemplo, en Los Tuxtlas ya ha comenzado un laboratorio electoral para definir cómo podría ser el modo de operar para la sucesión gubernamental.

Tampoco se extrañe si siga el choro de las autodefensas y de ahí pasemos a la apología de la violencia a través de redes sociales con marcianos secuestradores o chupacabras malditos. Ojo: no se dice que no haya problemas de seguridad en el estado; siendo Veracruz un chorizo enorme, sería ingenuo pensar que no existen malandros entre los 8 millones y pico de peludos que vivimos desde Pueblo Viejo hasta Las Choapas.

Pero de que hay ruido atrás para generar desestabilización, lo hay. No es casual, es calculadamente oportuno el momento para crear ruido entre una población ciscada por tanta violencia. Lo mejor en estos casos, es que debemos informarnos bien; analizar y no creer todo lo que se diga (aunque suene a cantaleta oficial) pues al menos en el caso de la camioneta robaniños sacatripas ya se confirmó —por la propia sociedad y medios de información— que todo es una farsa alarmista de gente descerebrada. En verdad, nada cuesta preguntar a fuentes serias en vez de echar a volar la imaginación.

Pero no le haga caso a este jarocho: ya le dije: somos bien grillos. Nacemos con esa alma de grillar, ser chismosos, mitoteros, buenos pa’ inventar cosas como eso de que ahorita todo mundo se le salió lo michoacano y nos sentimos más entrones que Calderón contra el narco.

Que se los crea su abuela.

1 de febrero de 2014

Así no, Tlacotalpan, así no



El 19 de junio de 1977 se celebró la última corrida de toros en Barcelona en la Plaza de toros de las Arenas. Literalmente mandaron a la goma las tradiciones madrileñas.

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- En verdad que así no se puede… De veras Tlacotalpan ¿qué te costaba dejarte de barbarie por un día? ¿Por qué tus hijos y visitantes, los más idiotas, no mejor los mandaste a desquitar la adrenalina con un costal de arena? Así no se puede, de veras.

Les valió el reglamento para protección de los toros que este 29 de enero salió publicado en la Gaceta Oficial del Estado. La lee usted y creo que hasta protege más que los derechos de la mujer.

Neta. En verdad está de primera y no envidiaría para nada la ciudad de Barcelona, donde están prohibidas las corridas de toros desde el 19 de junio de 1977. Búsque la Gaceta, es un documento invaluable.

Creemos que el reglamento expedido en Veracruz es un gran avance en materia de protección animal, porque sienta las bases de lo que en un futuro (esperemos no muy lejano) se borren de plano las costumbres imbéciles de maltratar animales por “diversión”.

En lo personal, creo que se debió haber prohibido de tajo el uso de los animales. Así, una decisión firme: “¡Vayan a la gaver con su maltrato animal!”… Agustín Acosta Lagunes, por ejemplo, fue el que prohibió de plano el Carnaval de Xalapa durante su mandato, sabedor de los desmanes que generaba el alcohol y la droga que corría por las calles. Nadie repeló y nadie extraña el mentado Carnaval: para eso está el de Veracruz.

Y es que no puedes darle confianza a la masa, sobre todo a la embrutecida por el alcohol, bestia en su actitud, que quiere ver sangre sin conformarse con ver un Kotex usado o la que resta de un mosquito castroso de la Cuenca aplastado con violencia.

Pero queda una experiencia a destacar: al menos este año, los toros no fueron pasados por agua como se acostumbraba. Veracruz dio el paso difícil en materia de protección animal a nivel internacional que no han dado otras entidades e incluso países enteros. Es difícil también por la inercia existente en pueblos y ranchos donde insisten en peleas de gallos por esa cultura arraigada del deporte agropecuario a lo Vicente Fernández, a lo macho como el charro de México, quien --con todo y su bigotote-- fue escarbado por aquello de la próstata.

Tenemos un año para que tú, Tlacotalpan, entiendas que no es divertido maltratar animales y creo que lo más sano es pintarle mocos a los organizadores de tal barbarie. Que, ahora sí, se aplicará el reglamento, porque tampoco le puedes pedir a un policía que le dé prioridad a cuidar a un animal, cuando tiene que andar cuidando beodos que andan haciendo estupideces contra otros seres humanos.

Ojalá aprendieran de las fiestas de La Candelaria en Minatitlán, donde también se realiza el paseo en balsas con la santa patrona y tiene más de 50 años en la región. La tradición allí es que se mezclen las celebraciones tanto istmeñas (con predominancia de Oaxaca) con las veracruzanas, las nativas, y que da lugar a un espectáculo único con gente de ambos estados y celebraciones propias, que incluyen muestras gastronómicas, talleres artesanales, encuentro de jaraneros y grupos de baile tradicional.

Eso es lo que tú, Tlacotalpan, debes darle calor, pues eres cuna de jaraneros, de poetas, y --que me perdonen los bárbaros-- pero es más divertido escuchar las mentadas de madre de los soneros, que andarle haciendo al valiente con los toros.

Sí, tanto en Tlacotalpan como en Minatitlán agarran todos un pedo sabroso, al grado de terminar durmiendo en la calles, pero al menos en la petrolera ciudad no se andan desquitando con seres inocentes.

Claro que el espectáculo de la beberecua es igual de denigrante, pero qué rico se siente andar rindiendo culto a Baco. Ahí sí, atásquense que no hay toros, sólo los de cacahuate.