27 de enero de 2015

¿Cuántos más? ¿Hasta cuándo?

Solicitó PGJ Juicio de Procedencia contra Alcalde de Medellín por caso Moisés Sánchez.

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- El secuestro y asesinato de Moisés Sánchez Cerezo vuelve a poner a Veracruz en el plano nacional como uno de los lugares en el mundo de los más peligrosos para ejercer el periodismo.

Y lo anterior sólo se puede entender por una sola razón: la impunidad histórica que no ha resuelto los casos de asesinatos y desapariciones. Que los castigos no han sido ejemplares y se ha protegido a la clase política que atenta contra los miembros de los medios de comunicación. También debemos anotar que se opera con lentitud cuando se conoce la desaparición de un reportero. Que las autoridades se avocan más en el control de crisis mediático, pero no aplica de inmediato protocolos para ubicar al desaparecido.

Veracruz ha sido particularmente agresivo con los medios en su historia, y la delincuencia organizada se muestra como un elemento nuevo, pero la realidad es que regularmente han sido los grupos de poder regionales los más agresivos contra medios: alcaldes, funcionarios de medio pelo, caciques, jefes policiacos, juniors, entre otras fichitas, son quienes regularmente atentan contra la prensa porque no les gusta que se conozcan sus trapitos al sol, porque quieren un escenario donde todo lo que se hable de ellos sea para bien.

En lo personal, no creo que Javier Duarte de Ochoa sea el culpable directo del asesinato de los periodistas en su administración, pero definitivamente es el responsable de la seguridad en el estado. Por extensión, lo que suceda en Veracruz es su total responsabilidad, pues es el jefe político y de las instituciones en la entidad.

Al gobernador le ha tocado lidiar con la parte más difícil de los nuevos tiempos: anteriormente, la agresión a un periodista podría haber pasado desapercibido y perderse en la historia (como muchos casos en el pasado y que parece que algunos compañeros han olvidado), pero las nuevas tecnologías de información basadas en internet se han convertido en armas imprescindibles para reportar lo que a los medios les cuesta por la censura, la autocensura o simplemente el desdeño.

Con Javier Duarte llegan a exacerbar las muertes de los periodistas, pero tal situación es una bola de nieve que ha ido creciendo con el paso del tiempo, desde hace muchos años atrás. Lo destacado ahora, en contraparte, es que los periodistas ya se unen para protestar y hacen su llamado a las agresiones que sufren por parte del poder. Organizaciones no gubernamentales a escala internacional ya dan cuenta de ello, y no obstante, la ignorancia de estos hechos por parte de personajes que agreden a los medios sigue siendo el motivo por el cual no contienen la furia contra reporteros.

Es por eso que se necesita una condena fuerte donde se escuche la voz de quien manda en Veracruz: “Ni uno más o que se atenga a las consecuencias”. Los periodistas deben ver ya un ejemplar castigo a quienes amenazan o agreden a los medios de comunicación.

El problema es que incluso dependencias como la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz es de las primera que amedrenta o bloquea el trabajo de los periodistas. Su titular Arturo Bermúdez Zurita no oculta su desprecio a los medios de comunicación.

Recientemente, hubo un asunto donde impidió el acceso a medios de comunicación a un evento de la dependencia, llevando a unos pocos que considera “aliados”. Lo anterior quizás porque no le gustan las fotos como la de Multigráfica, donde se retrató el mal estado de los chalecos antibalas de algunos elementos de la Policía Naval, pero al señor Bermúdez no le cae el veinte de que su dependencia no es una empresa privada de seguridad a la que le pueda negar acceso a los medios. O mejor aún, que haga sus actos, no invite a nadie y mande boletín, en lugar de ser el primero que arremete a los medios por negarle el acceso a sus eventos, en una innecesaria confrontación dentro de la ya de por si tensa relación entre prensa y estado en Veracruz.

La clase política, los servidores públicos, los funcionarios, debe entender que estar en el poder es lidiar también con la crítica, con los detractores. También deben razonar (obligadamente) que es difícil negar ante los ojos de la opinión pública los enriquecimientos inexplicables, las lujosas mansiones, las vehículos último modelo, especialmente si hace algunos años a duras penas ganaban para vivir.

Quienes delinquen, cometen errores, y están en un cargo, deben concebir que están expuestos al ojo público, a la fotografía, a la pluma; que es precisamente ese equilibrio el que permite exponer a quienes en poco tiempo han hecho fortunas, tienen relaciones con la delincuencia, roban, intrigan, actúan con cinismo, con prepotencia, usan recursos públicos, lucubran tenebras, etc. Siempre habrá un periodista que los vigile y esté encima, más en Veracruz que es foco rojo internacional cuando se atenta contra los medios.

Y es que conocemos políticos que simplemente hacen bien su trabajo y no son ni criticados, ni acosados por los medios, lo que dista mucho del escenario de enfrentamiento entre medios y poder. Algunos incluso son amigos de periodistas.

Los pecados de los políticos siempre serán tela de juicio porque son personajes que llevan en sus hombros el servicio público y están destinados a vivir del erario. No alcanzan a comprender que la realidad ya los rebasa, que la soberbia ya no sirve ante una ciudadanía que ya vigila, ya está atenta, que los medios tradicionales han sido rebasados por herramientas como el internet. Que las situaciones de inseguridad, por más que se quieran ocultar, trascenderán porque ya hay alternativas para informar.

Claro que los casos como Moisés o Gregorio fueron dimensionados para mostrar una realidad: en Veracruz se sigue atentando contra periodistas sin castigo ejemplar alguno.

Pero lo más importante que ya deben entender quienes joden a los medios es que cualquier crítica, señalamiento o denuncia no merece la muerte de una persona; nada la justifica. Más ahora que los ojos del mundo están en Veracruz por esa nefasta estadística de agresiones contra periodistas que parece no culminar.

23 de enero de 2015

NEURONA

No sé que signifiquen los sueños,
pero en ellos apareces
con tu sonrisa que enamora,
con tu ingenuidad dudosa.
Apareces como siempre 
te he buscado
y te he encontrado,
cada lapso de tiempo,
cada circunstancia
de obligada cortesía.
Apareces porque estás ahí siempre,
porque vives permanente
entre neuronas de un poeta fracasado,
entre pulmones calcinados de
un fumador empedernido;
vives porque aquí te quedas
sin pagar renta.
Te apareces en sueños
en París, Minatitlán, Xalapa.
Caminamos calles,
las corremos,
te quedas,
bebemos pulque. 
Apareces mientras duermo
porque sabes
que voy a hacerte un pleonasmo:
una poesía a otra poesía;
porque todo el día
estarás rondando mi cabeza,
perversa platónica.

20 de enero de 2015

¿Juanelo estrenará fraccionamiento?

El Puente del Diablo

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Desde hace unos días, en Coatepec comenzaron a verse las obras de introducción de tubería en las calles de la entrada de la ciudad. Según versiones extraoficiales, se trata de una obra de al menos 10 kilómetros que llevaría a agua desde la cascada Bola de  Oro a comunidades de Coatepec sobre la carretera antigua a Xalapa, mejor conocida como Las Trancas.

Extraña que esta magna obra no haya sido publicitada por el alcalde Roberto Pérez Moreno; de hecho, las actividades del alcalde son poco conocidas porque se ha aferrado a no comprar espacios en medios de comunicación, como igual tampoco tiene grandes obras qué presumir. Lo suyo, lo suyo, han sido los escándalos como las ejecuciones y secuestros que incluyen el asesinato de su tesorero, el secuestro de un periodista, la desaparición de un articulista del semanario “El Regional” y uno que otro muertito que ha ido apareciendo en veredas del Pueblo Mágico.

No obstante, Coatepec sigue siendo un paraíso para vivir. Desgraciadamente también lo ha sido para los constructores que han devastado matas de café y parte del bosque de niebla para edificar lotes y fraccionamientos. Desde hace algunos trienios --al inicio del nuevo milenio, para ser más precisos-- el gran negocio en el primer Pueblo Mágico de Veracruz ha sido derribar los cafetales que ya no producen las millonadas de dinero para dar paso a viviendas de lujo o mediana clase.

Algunos proyectos han sido verdaderos absurdos, como el fraccionamiento que se construyó en la salida de Coatepec a Xico, en una curva peligrosa donde cayó alguna vez un camión de pasajeros, justo al lado del río Los Pintores; pues ahí mismo en ese punto a alguien se le ocurrió construir viviendas de mediano costo, sin éxito alguno. La devastación de la naturaleza, en vano, porque nadie ha querido comprar casas ahí.

Otro problema ha sido el conjunto habitacional “Casas GEO Los Cafetales”, que fue construido y ofertado como casas a bajo precio, pero con falta de señal de telefonía celular y residencial. Aunado a esto, el principal dolor de cabeza es la falta de agua, que literalmente roban con toda impunidad de la estación de Bomberos de Coatepec para transportar en pipas a los tanques elevados de dicho fraccionamiento privado.

De hecho, el gran problema de Coatepec ha sido que el agua lo han acaparado empresas como la Coca-Cola, a la que el alcalde Miguel Cervantes Sánchez (2000-2004) le dio todas las facilidades para conectarse a la red pública de agua potable.

La lucha por el agua se ha visto claramente en comunidades como Las Puentes, donde los pobladores han determinado ya no pagarle el servicio a la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento (CMAS), por la lucha que se vive entre propietarios de terrenos que también acaparan los manantiales y quieren venderlos a fraccionadores. Mahuixtlán (donde se ubica un ingenio) es otra de las comunidades pertenecientes a Coatepec que no paga por el servicio de agua; administra por sí sola una Junta Local de administración del vital líquido, pero no reporta ingresos a la CMAS.

Otro caso de propietarios de terrenos que afectan a pobladores con el agua, es el caso de la comunidad Puerto Rico, donde se ubica el famoso “Puente del Diablo” (según la leyenda, una persona retó al pituche para construir un puente sobre el río antes de que cantaran los gallos; pero como veía que el diablo le iba ganando, entonces imitó el canto de un gallo y las demás aves en la cercanía le contestaron, burlando así al demonio).

En Puerto Rico se sabe que existía un manantial muy abundante de agua, con un foso de al menos 18 pulgadas de ancho por donde surgía el vital líquido. Según cuentan los pobladores, era tanta la cantidad que hasta se escuchaba cómo zumbaba con fuerza al salir de la tierra y las comunidades aledañas no se preocupaban por agua porque de ahí se surtían.

El problema fue que hace algunos años, el propietario del terreno donde se ubicaba el manantial descubrió que existían yacimientos de arena y la ambición hizo que comenzara a meter maquinaria para explotar dicho mineral. Las maniobras hicieron que el agujero de dicha fuente se fuera taponeando y de tener agua diariamente sin problemas, los pobladores comenzaron a notar la escasez de la misma. Los afectados fueron al menos 4 comunidades: La Bella, Las Lomas, El Grande y Tuzamapan.

Para resolver lo anterior, se comenta que comenzaron recientemente las obras de introducción de agua potable para llevar agua desde la cascada Bola de Oro (al norte de la ciudad) hasta estos lugares, pero la benevolencia resultó sospechosa y es que hasta el momento no se ha informado públicamente de cuánto es la inversión para la “magna” obra que el alcalde conocido popularmente como “Juanelo” no cacarea.

Según versiones, el asunto radica en que a un costado de Tuzamapan se está construyendo un ambicioso proyecto inmobiliario: un nuevo fraccionamiento que otra vez está devastando a una gran parte del bosque de niebla, derribando árboles gigantescos que venden a los pobladores como leña. Según denuncias de quienes prefirieron omitir su identidad, dicen que el fraccionamiento es un proyecto del alcalde, a quien también acusan de tener una miniplaza de lujo con despachos sobre la calle Zamora.

Y es que les extrañó de repente tanta generosidad, pero además la urgencia por introducir agua potable en un proyecto tan espléndido que ahora lleva un interés más allá de aportar agua a cuatro comunidades.

Bien lo comentaban algunos periodistas presentes en la inauguración del Libramiento de Coatepec que hizo el presidente Peña Nieto el 5 de agosto de 2014: “Vas a ver que no tarda en llenarse esto de fraccionamientos”.

¿Será que Juanelo va a tener fraccionamiento? Entre que se aclara el asunto, la lucha por el agua en Coatepec persiste, como igual la impunidad y protección que le dan a los constructores de proyectos de vivienda que destruyen ecosistemas por meras ambiciones económicas.

19 de enero de 2015

Entre Moisés, Gregorio y Matus

Moisés Sánchez Cerezo, Gregorio Jiménez de la Cruz y Tomás David Matus Galván

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- El caso del periodista Moisés Sánchez Cerezo se ha politizado y convertido en nueva bandera para grupos políticos. De ahí se ha extrapolado para convertirse en el nuevo mártir que seguramente --insistiremos-- no quiso ser.

En términos llanos, el asunto no ha sido resuelto ni por la eternizada Fiscalía General de Veracruz, ni tampoco por la Procuraduría General de la República, más trabada en el asunto de los 42 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa y con un procurador ya cansado (prácticamente rendido en el caso) pero al que todavía le depositan la confianza de que sea la PGR la que esclarezca el paradero de Sánchez Cerezo.

Y la situación se ha tornado como un nuevo caso polémico, un escándalo mediático, donde al final de cuentas hay una familia que no tiene noticias del destino de su pariente, pero al exterior todo mundo agarra matraca. Los partidos y actores ya defienden cada quien a sus colores, pero la realidad es que Moisés Sánchez Cerezo, como muchos desaparecidos en Veracruz, no está con su familia.

Vayamos por partes:

1.- Al igual que el caso de Gregorio Jiménez de la Cruz, cuya desaparición ocurrió el 5 de febrero de 2014 aproximadamente a las 7 de la mañana, el gobierno estatal ya tenía conocimiento casi inmediato de la situación. Con “Goyo” se sabe que al menos entre 15 a 30 minutos de ocurridos los hechos en Xalapa ya tenían la noticia, pues los periodistas de Coatzacoalcos alertaron desde temprano del “levantón” de Goyo a sus jefes de medios, compañeros en la capital del estado, representantes de organismos civiles y también lo hicieron por canales semioficiales llamando a teléfonos de funcionarios de Gobierno. Las redes sociales también formaron parte importante de la difusión del triste evento.

En el caso de Moisés se sabe que a pocos minutos de su “levantón”, a través de tarjetas informativas alertaron a altos mandos de la Secretaría de Gobierno --entre ellos al entonces titular Erick Lagos Hernández-- pero desdeñaron el aviso. Tan desinteresada fue la respuesta, que en el informe oficial que hicieron llegar al gobernador Javier Duarte fue que Sánchez Cerezo era taxista y dueño de una tienda de abarrotes. No ahondaron más en el asunto y ni siquiera se dignaron a confirmar si era conocido o tenía un medio. Dieron como un hecho que no era periodista y ya.

Un segundo aviso a pocas horas de ocurridos los hechos, a la misma dependencia y a su joven titular, advertía que el caso de Moisés podría convertirse en un nuevo escándalo como el de “Goyo” porque detectaron que la revista Proceso y el diario El Universal ya estaban tenían la nota en sus respectivas redacciones. El reaccionar tardío de los sistemas de “inteligencia” del estado iba a ser aprovechado para explotar en redes sociales y medios nacionales la estadística que todos conocemos: Veracruz es el estado de México más peligroso para los periodistas.

Aquí cabe comentar sobre la importancia de las primeras horas vitales para una desaparición, especialmente la de un periodista: a través del portal EnlaceVeracruz212, hace unos años hicimos rápidamente la divulgación del secuestro de un amigo sureño; en ese entonces, nuestro director César Vázquez Chagoya recibió una llamada que le pedía que bajara la noticia de la página, pero la respuesta del maestro fue tajante: “Si la bajo, lo matan”. Fue a través de otros canales que se logró la liberación de nuestro amigo en pocas horas, porque en la realidad el Gobierno de Veracruz se avocó más a calmar el escándalo, pero nunca contactaron a la familia ni hicieron un operativo de búsqueda.

Con Moisés y Gregorio se puede decir que pasó todo lo contrario al de nuestro amigo (de quien reservamos su identidad por seguridad): pese al conocimiento oportuno y el uso de las redes sociales, la reacción de Gobierno fue lenta y no necesariamente de avocarse a la búsqueda de los periodistas, sino a la de cómo lidiar políticamente con el asunto, especialmente cuando sabían que éste ya había pasado las fronteras de Medellín y llegaba a medios de comunicación nacionales.

2.- Explotada la noticia de la desaparición de Moisés y sin que los operadores desactivaran a tiempo, a través de redes sociales corrió como reguero de pólvora el caso. Dejaron que el asunto creciera, mientras se investigaba quién diantres era Moisés Sánchez Cerezo. Al gobernador informaron mal y sólo cuando vieron el tamaño de la estridencia es cuando decidieron poner manos a la obra y establecer contacto directo con la familia de Moisés.

Se puede decir que reaccionaron menos tarde que en el caso de Gregorio, pero fue insuficiente: mientras llevaban a la familia de Moisés con el gobernador Javier Duarte de Ochoa, y el vocero Alberto Silva tuiteaba aceptando que Sánchez Cerezo es periodista, esas primeras horas vitales no se usaron para localizar a Moisés o ubicar a los captores.

3.- No deja de ser curioso el caso de Moisés Sánchez Cerezo. No sabemos si es porque vive en una zona de conflicto yunista/fidelista, ya que el municipio de Medellín es como el hermano menor de la conurbación Veracruz-Boca del Río, centro del conflicto cuasi fundamentalista entre Miguel Ángel Yunes Linares y Fidel Herrera Beltrán.

Quizás es porque era un activista político muy afanoso en la comunidad El Tejar; o simplemente porque destacó que en su inquietud creó un blog y panfleto impreso para dar a conocer los problemas de su comunidad, pero el caso de Moisés casi alcanzó niveles de impacto mediático similares al de Gregorio, pese a que la mayoría de los periodistas de la región no lo conocía.

4.- El periodista de Coatepec Tomás David Matus Galván, autor de la columna “Cafetópolis”, lleva más tiempo desaparecido: más de dos meses, pero está ausente en las protestas, las pancartas y los señalamientos extremistas de que Duarte es asesino de periodistas. Lo peor del caso es que ni siquiera se ve voluntad para encontrarlo y sólo se sabe que fue visto por última vez en Zimpizahua.

Aquí se nota un peor desdén del gobierno estatal, que no ha informado de avances en el caso de la desaparición del coatepecano, pero tampoco ha sido del interés de los promotores de justicia para periodistas. El caso de Matus pareciera no ser atractivo mediáticamente por no estar en el área geográfica de los apasionados corresponsales que viven en la zona de conflicto yunista/fidelista.

De igual manera podemos decir lo anterior de lo que ocurrió en Minatitlán, donde el regidor José Ignacio Trujillo Cortázar agredió a la reportera Alba Judith Guzmán Flores. Mismo caso en Moloacán, donde un constructor de nombre Miguel Pérez Martínez arremetió contra el reportero Jairo Giovanni Torres Luría. Lo que sí hay que destacar es que la prensa sureña es muy unida y no se va a dejar sobajar por los funcionarios. No necesitan de las vejigas de protagonismos ni treparse al tren de Sánchez Cerezo para dar a conocer tales agresiones.

El sur, debemos subrayar, no debe ser ignorado por el Gobierno de Veracruz en el caso de agresiones a periodistas: un ejemplo claro es el acoso que el remedo de cacique, Renato Tronco Gómez, tiene permanentemente con el Diario Presencia de Las Choapas.

5.- La familia de Moisés Sánchez Cerezo se ha mantenido al margen de las protestas y ha preferido realizar las propias. También ha cooperado con la perpetuada Fiscalía General del Estado, aunque los detractores del Duartismo repitan la ridícula cantaleta de que los engañan y manipulan. Cabe resaltar que su hijo Jorge Sánchez es diseñador de la revista “GB Magazine”, perteneciente al consorcio de Grupo FM, de la familia Malpica.

6.- Leyendo el blog de Moisés en los últimos días (http://launionver.blogspot.mx/), en sus últimas entradas pueden leerse noticias respecto a actividades del municipio. Su último post “Festejan el Día del Policía en Medellín” fue el 26 de abril de 2014, en donde destaca la celebración que el ayuntamiento hizo a policías municipales.

De hecho, las publicaciones de Moisés se denotan aisladas e irregulares. Del 26 de abril, el penúltimo trabajo fue firmado el 17 del mismo mes; su antepenúltima nota fue publicada el 24 de marzo y hablaba del triunfo del agente municipal de El Tejar, Adrián Martínez Gayoso (en esta misma justa electoral participó Moisés) y de que el candidato del alcalde Omar Cruz Reyes había perdido la elección, pese a que el edil lo había impulsado con mucho dinero.

Marzo de 2014 fue el último periodo más activo de Sánchez Cerezo, especialmente porque en esa ocasión contendió por la Agencia Municipal de El Tejar, municipio de Medellín. Existen 6 publicaciones, la mayoría vinculadas al proceso electoral local.

Hay que reconocer que Moisés tenía al menos 4 años informando en lo llamaba “Medios Informativos LA UNIÓN… La Voz de Medellín”, pues su primera entrada fue el 6 de febrero de 2011, curiosamente con el tema de las elecciones de Agencias Municipales en Medellín.

Destaca entre su material la promoción personal para aspirar a dirigente municipal de su comunidad, pero también una cuantiosa publicidad para Omar Cruz Reyes como candidato del PAN a la alcaldía de Medellín, así como la promoción de la organización “Organizando Contigo el Rumbo”, que son las mismas siglas del hoy presidente municipal.

Sus últimas entradas indican que Moisés decidió tomar la línea editorial crítica, como cuestionar al alcalde por haber metido en el ayuntamiento gente que no pertenece a Medellín, la protesta por el aumento del predial y la recolección de basura, así como problemas de seguridad, falta de alumbrado, etc.

Al menos en internet ya había dejado de publicar. Moisés Sánchez Cerezo había dejado de escribir en al menos 8 meses, lo que podría deducirse como que vivía retirado del oficio.

7.- El trabajo periodístico de Moisés es escaso. Se denota una personalidad inquieta, de trabajo por su comunidad, pero su impreso salió poco tiempo y su blog ni siquiera está actualizado desde hace meses. Quiso aventurarse en periodismo sin ser periodista, lo que también ha sido criticado, pero la realidad es que su trabajo es más el de una persona que creó una página gratuita en internet para dar a conocer los sucesos de su congregación, que el de un reportero profesional, dedicado en vida y alma para vivir del periodismo.

8.- Los hechos concretos, que lastiman, es que a Sánchez Cerezo lo sacaron de su casa con lujo de violencia y no aparece; pero su caso no es el único: hay decenas de desaparecidos en Veracruz.

De hecho, el caso de Moisés podría ser el que más avances tiene debido a la presión de la opinión pública: hay 13 policías detenidos y declaraciones hasta del alcalde de Medellín, pero no hay indicios, al menos públicos, que indiquen su paradero.

14 de enero de 2015

Los 285 desaparecidos de Acosta Chaparro

Acosta Chaparro

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Podemos entender que existe una desesperación de familiares de los 42 estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa; que incluso el caso ha ido perdiendo presencia mediática a raíz de que se atravesaron las fechas decembrinas y en enero ya no regresaron con la misma fuerza.

Se entiende que la ausencia de 42 normalistas sea absurda, especialmente si es a raíz de unas órdenes del alcalde de Iguala, Guerrero, quien quería impedir que los “revoltosos” llegaran al destape de su esposa a la presidencia municipal. Familia, por cierto, vinculado con grupos delincuenciales de la región.

Y es que ha pasado mucho tiempo y no se sabe nada de ellos.

No quisiera decir lo que muchos piensan: que los normalistas ya no están entre nosotros, porque la esperanza de sus familiares (todos ellos, de origen humilde) es que todavía están secuestrados, presos en alguna cárcel o casa de seguridad. Incluso algunos dicen que se encuentran como esclavos en campos donde se siembra la amapola o la marihuana.

Y sí, es válido pensar que todavía están vivos porque hasta el momento no se han presentado cuerpos que indiquen lo contrario. Que los peritos internacionales siguen haciendo su trabajo, pero han expresado que llevará tiempo la identificación de los restos humanos que han sido encontrados en diversos puntos de la zona de conflicto.

Esto, pese a que ya hay confesiones de policías municipales y delincuentes que aseguran que los jóvenes fueron atrapados, entregados a maleantes, luego incinerados y tirados a un río, lo que recuerdan las prácticas de la Guerra Sucia de los 70, cuando tiraban cuerpos al mar.

Quizás para los guerrerenses, para algunos de ellos, esa sea la espina histórica clavada en lo más profundo del dolor. Que los militares en Guerrero son vistos como enemigos naturales de los guerrerenses, porque ahí se cometieron las peores atrocidades por parte de militares en contra de guerrilleros o disidentes del gobierno.

De esto da cuenta un trabajo de Misael Habana De Los Santos, corresponsal de La Jornada, en nota fechada el 30 de noviembre de 2003 donde entrevista al ex procurador guerrerense Eduardo López Betancourt, y quien dijo que aeronaves cargadas de personas muertas y vivas salían de la base militar de Pie de la Cuesta (al noroeste de la bahía de Acapulco) y sin misericordia los arrojaban al mar. Incluso pidió a los familiares que perdieran toda esperanza de ser encontrados los cuerpos.

Así como muchos desaparecidos que nunca regresaron a su casa, sin duda permanece en la memoria colectiva el hecho de que puede volver a ocurrir un hecho de cruel naturaleza, porque la lógica llevaría a pensar que es más fácil deshacerse de un secuestrado que mantenerlo con vida y escondido.

Por eso podemos entender las reacciones radicales de grupos que ahora hasta enfrentan al Ejército al entrar violentamente a los cuarteles.

Ojo: no se justifica atacar a las fuerzas armadas del país, pues creo que es particularmente peligroso; señales de que una represión mayor puede darse por una burda provocación, aunque los soldados hayan tolerado mucho las ganas de disparar a los manifestantes que irrumpieron en el cuartel general de la 35a Zona Militar, en Chilpancingo. Los militares, también muchos de orígenes humildes, aguantaron.

Y es que, imagínese: un muerto cocido a balazos del Ejército Mexicano y se incendia el país, aunque las acciones violentas de los invasores, en opinión de este autor, no se justifican para nada. La desesperación no debe ser pretexto para ingresar de manera violenta a un cuartel militar. A nadie conviene que se pierda la confianza en nuestras instituciones, de por sí denigradas por la guerra del Calderonismo contra el narcotráfico.

En Veracruz, muchos de los guerrerenses malos que trabajaron en la Guerra Sucia fueron traídos a Veracruz en los tiempos del gobernador Agustín Acosta Lagunes (1980-1986) por el general Mario Arturo Acosta Chaparro, a quien tuvieron que correr de su cargo como Jefe de la Policía porque sus muchachos daban ya muchos dolores de cabeza.

De acuerdo a una nota publicada en el diario El Universal, fechada el 3 de septiembre de 2000, se hizo un evento en Chilpancingo donde se conmemoró a ex guerrilleros y familiares, así como la desaparición forzada del profesor Jacob Nájera y donde destacaron los “logros” de Acosta Chaparro en los años 70.

Ahí, los manifestantes denunciaron al general Acosta Chaparro como uno de los autores materiales e intelectuales de al menos ¡285 DESAPARECIDOS! en la Guerra Sucia ocurrida en Guerrero.

Otro de los señalados era el gobernador priista Rubén Figueroa Alcocer, a quien el ex procurador guerrerense López Betancourt definió como “un hombre cruel y sanguinario”.

En esa misma información de El Universal, se mencionan a los dirigentes de la Coordinadora Nacional de Pueblos Indios (CNPI), y la Coordinadora Regional de Organizaciones Independientes de la Sierra de Zongolica (CROIZ), Genaro Domínguez Maldonado y Julio Atenco Vidal, respectivamente, quienes hicieron señalamientos en contra de Acosta Chaparro: “pese a sus malos antecedentes permaneció casi dos años al frente de la Dirección de Seguridad Pública del estado”.

Y es que denunciaron que el general (asesinado el 20 de abril de 2012 en el Distrito Federal) “cometió con su élite policiaca una serie de crímenes y asaltos que nunca fueron esclarecidos”; que en el periodo de gobierno de Acosta Lagunes “empezaron a surgir en la entidad una ola de asaltos, crímenes, secuestros y robo de vehículos, que no se aclararon, porque un grupo de policías que traía del estado de Guerrero, donde había estado con el gobierno de Rubén Figueroa, sembraron el terror y la zozobra, que nadie se atrevió a denunciarlos”.

Y así la fama de los malos guerrerenses, que dejaron un legado de muertes en un estado que todavía no se recupera del dolor de hace más de 40 años, y que ahora tiene 42 hijos que no aparecen por ningún lado.

Peor aún: a algunos de esos los trajeron a tierras jarochas y vaya usted a saber si se fueron o todavía andan por ahí como si nada, en un Veracruz donde el Colectivo por la Paz denuncia que no les han atendidos sus casos de desapariciones y literalmente los han dejado a su suerte.


11 de enero de 2015

Para el anecdotario, Don César

 
Reunión en Casa Veracruz con el gobernador Javier Duarte de Ochoa

I

En un viaje al sur de Veracruz, mi compañera de vida, fanática de Pedro Infante y las películas antiguas, le preguntaba al “Lic” si se acordaba de cuando falleció el ídolo de México.

Como todos sabemos, la memoria de César Augusto Vázquez Chagoya era privilegiada. Decía que había hecho muchos ejercicios a lo largo de su vida para ejercitar la mente. Nunca me platicó cuál era la receta, pero me divertía imaginando al “Lic” vestido de yogui junto al Maharishi Mahesh, explorando los secretos de la mente en algún campamento de la India.

Entonces contestó:

-- Sí me acuerdo, güera, estaba yo muy chiquito, pero esa vez hacía mucho calor y me escondí abajo de la cama y agarré un radio donde me acuerdo que estaban pasando música de Pedro Infante y las noticias de que había fallecido. Abajo de la cama estaba muy fresco, ahí me fui quedando dormidito, dormidito, con el radio bajito; pero me desperté porque empecé a escuchar mucho alboroto en la casa, y resulta que era porque me estaban buscando porque no sabían dónde andaba. Mi hermana fue la que me encontró.

II

Vázquez Chagoya era un gran amante de la naturaleza, en contraste con la gran cantidad de humo que producía como chacuaco por su inseparable cigarro. Gustaba de observar el agua, los árboles, las piedras. Cuando iba a pasear a Xico, le decía a sus amigos “prepárense para ver harta belleza”.

Por eso también entendía lo que era el poder de una fuerte lluvia tipo diluvio que terminaba en inundaciones: en su natal Minatitlán casi todos los años se inundan las partes bajas.

Pero otro de los fenómenos que lo marcaron fueron los sismos. Especialmente el de Jáltipan el 26 de agosto de 1959, cuando esta ciudad literalmente quedó en ruinas. El temblor fue tan fuerte (de 7.0 grados Richter) que recuerda cómo los despertó por la madrugada a toda la familia y quedaron atrapados en su propia casa porque, con la sacudida, la puerta quedó fuera del marco y se atoró. Que entre sus hermanos mayores y su padre Don Palemón, estuvieron batallando para abrir y poder salir.

Platicaría varias que veces cómo le quedó marcado en la memoria el ver a los cientos de damnificados jaltipanecos que llegarían en horas posteriores a Minatitlán. Algunos todavía en pijama o con algunas pocas pertenencias que lograron rescatar.

Por eso también recordaba a los caídos, heridos y espantados en el gran terremoto de septiembre, 1985, en donde tuvo amigos y conocidos. Entre ellos, su gran amiga misanteca Eleaney Sesma, sobreviviente entre los escombros.

III

Relata su amigo tuxpeño Ezequiel Castañeda en una plática en corto en la oficina de Comunicación Social, que cuando ambos estaban trabajando con Demetrio Ruiz Malerva en el PRI estatal, un día se hicieron nombramientos en el Comité Directivo y a César lo designó encargado de Análisis, un área nueva que le ayudaría mucho a su formación profesional.

Para los presentes fue algo así de “¡Órale! ¡Le dieron una oficina completa a César!”, pero curiosamente la reacción del minatitleco fue de seriedad pasmosa.

Luego de los nombramientos, a César Vázquez Chagoya lo vieron ahí sentado en uno de los rincones de la sede del tricolor, moviendo las piernas (una costumbre que tenía de agitar dichas extremidades), con su cigarro y apachurrado.

-- ¿Y ora tú que traes?
-- Pos ya valí madre.
-- ¿Por qué? Te acaba de dar un nombramiento fregón el jefe.
-- No, maestro, me están congelando.
-- ¿Pero por qué?
-- Pos esa madre no existe.

Lo que no sabía el joven Vázquez Chagoya es que Ruiz Malerva, a quien tanto admiraba, lo estaba encaminando en los primeros indicios de lo que sería su pasión: la información.

IV

El muy joven Juan Landa Stein hacía campaña en Totutla, del que llegó a ser alcalde para el periodo 1973-1976. Era difícil para él, porque a pesar de la política del presidente Echeverría de darle espacios a los jóvenes, tenía que lidiar con los cacicazgos locales y grupos que no querían entregarle el poder a un chamaco.

Llegó a una comunidad como parte del recorrido de campaña, junto a sus colaboradores: amigos también muy jóvenes, pero las pasiones terminaron por desatarse y los pobladores, enviados de grupúsculos locales, los acorralaron en una casa con la intención de espantarlos, diciéndoles que los iban a linchar.

De repente llegó un vehículo setentero, de esos lanchones que eran macizos en su carrocería. Allí descendió un tipo con toda la prepotencia e ínfulas de Policía Judicial, pistola en mano y cortando cartucho. En medio de un diálogo lleno de improperios y palabras domingueras, pidió que les indicaran en donde estaban esos cabrones hijos de puta que se tenía qué llevar.

Los pobladores señalaron hacia la casa y el guarro llegó a patear la casa y meterse adentro para sacar con empujones a los atemorizados jóvenes. A punta de golpes, fue subiendo uno a uno al vehículo.

Ya avanzado en el camino, vinieron los reclamos…

-- No mames, compadre, me pegaste muy feo.
-- Pos es que tenía que ser así para que se la creyeran.

Y así César Vázquez Chagoya daba también muestras de calidad histriónica y de rescatista.

V

Vázquez Chagoya decía que era poco para la música, pero le gustaba mucho escuchar de todo. Es decir, no era un melómano empedernido que supiera nombres, títulos, álbumes, años de lanzamiento, pero sabía disfrutar de la buena música.

Algo que decía no comprender, era cómo admirábamos a Jim Morrison, que solamente era un tipo que se sacaba la talega en público y escandalizaba a todos los lugares a donde llegaba. Es decir, cuando le decíamos que era parte del rock and roll, el seguía sin entenderlo.

Pero una vez en la autopista, por las prisas de llegar de Xalapa a Coatzacoalcos en poco tiempo, iba manejando a alta velocidad en su primer Jeep Liberty color negro que tuvo, cuando una patrulla de la Policía Federal lo alcanzó y le pidió que se orillara a la orilla. Del vehículo oficial descendió un muy joven oficial, quien lo abordó y le señaló que estaba manejando a exceso de velocidad.

--Sus papeles, por favor.
--Sí, señor.

Mientras Vázquez Chagoya buscaba los papeles de la camioneta, el oficial me voltea a ver y observa mi playera conmemorativa del último concierto de Iron Maiden en México, que había sido unas semanas atrás.

-- ¿Fuiste al concierto?
-- No, la playera me la regaló mi carnala. Pero fui al concierto de los Doors en Veracruz.
-- No manches, ¿en serio? ¿Qué tal estuvo?
-- Chidísimo, el Ray Manzarek (+) y el Robbie Krieger tocaron igual cuando eran chavos. Mucha gente llegó a verlos, la verdad estuvo poca madre, jefe.
-- Mi carnal es muy fanático de los Doors, tiene todos sus discos y yo soy fan de Iron Maiden.
-- Pues mi carnala me dijo que estuvo de poca el concierto.

Para esto Vázquez Chagoya ya tenía los papeles en la mano, y como si fuese espectador de tenis, volteaba a vernos al policía y a mi en nuestro diálogo sobre los Doors y Iron Maiden. Que si nos gustaban los Beatles, el metal, etc. Al final, el federal ni siquiera miró los documentos que Vázquez Chagoya tardó un poco en encontrar.

--Ok, pueden irse, pero vayan con cuidado, este tipo de camionetas se voltea fácilmente.
-- Gracias oficial.

Arrancó otra vez la camioneta y le digo:

-- ¿Ya ve, Lic? Lo salvó el rocanrol de una multa del federal. San Jim Morrison intervino.

La carcajada inmediata, pero nos fuimos despacito porque no vaya siendo que no encontráramos a un policía con gustos musicales diferentes y menos tolerante al rocanrol.

9 de enero de 2015

Y que llega Ranulfo

Más del nuevo gabinete

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- De los nombramientos realizados por el gobernador Javier Duarte de Ochoa este jueves, destaca uno en particular: el de Ranulfo Márquez Hernández, político de la vieja guardia y probada experiencia.

Considerado uno de los hombres más cercanos al ex gobernador Fidel Herrera Beltrán por su amistad de años con el cuenqueño, el abogado Ranulfo Márquez Hernández nuevamente toma posesión en un cargo estatal para sumarse a su largo curriculum político, que incluye recientemente haber sido presidente del PRI estatal, secretario de Protección Civil y delegado federal de Sedesol.

También ha sido diputado federal y Consejero del Partido Revolucionario Institucional en el Instituto Federal Electoral. En su formación académica destacan estudios en las universidades George Washington en Estados Unidos de América y en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Conocido ampliamente por su afición al beisbol, deporte que práctica desde muy niño, el originario de Minatitlán ha tenido diversos cargos en el ámbito público, con poco carisma público, pero con una gran experiencia y capacidad de operación política.

No obstante, el conocido por el mote de “Tonicho”, recientemente tuvo un fuerte desliz en su carrera cuando recién iniciado el gobierno de Enrique Peña Nieto, a Ranulfo se le dio posesión como delegado federal en Veracruz de la Secretaría de Desarrollo Social el 29 de enero de 2013 (en sustitución del panista Abel Cuevas Melo) cargo en el que duró apenas unos meses, pues en abril tendría que renunciar al cargo al ser vinculado a unos videos y audios filtrados en YouTube donde se escuchan a funcionarios de gobierno estatal y federal hablando del uso de recursos públicos para fines electorales.

La secretaría de Desarrollo Social del Gobierno de la República, Rosario Robles Berlanga, anunciaba el 18 de abril la destitución de 7 funcionarios, encabezados por Ranulfo Márquez Hernández, delegado de Sedesol en Veracruz; Felipe Sosa Hernández, coordinador operativo de la dependencia; Heli César Mendoza y Raúl Molina, jefes de zona; Graciela Tejeda, enlace operativo del programa “65 y más”; Jesús Balbuena Buenrostro, enlace operativo del programa “Oportunidades”; y Mariano Molina, supervisor de “Oportunidades”.

Pese a su renuncia, el minatitleco declararía a medios de comunicación que estaba muy tranquilo porque no aparecía en ninguno de los videos y los audios; que la separación en el cargo era temporal para facilitar las investigaciones; y que todo se trataba de una estrategia mediática de la familia Yunes Márquez para atacar la Cruzada Nacional contra el Hambre, el programa más importante del presidente Enrique Peña Nieto.

A su salida, Ranulfo prácticamente desapareció de los reflectores políticos. Su lugar fue ocupado por el ex alcalde de Coatzacoalcos y ex diputado local Marcelo Montiel Montiel.

A principios de 2014, y a raíz de la renuncia de Inocencio Yañez Vicencio como delegado federal de la Procuraduría Federal del Consumidor, a “Tonicho” se le manejaba como el que entraría como relevo, lo cual finalmente no ocurrió.

El 10 de junio trascendió en redes sociales que elementos de la Policía Ministerial habían retenido a Ranulfo Márquez Hernández, lo cual desmintió de manera oficial el vocero de Gobierno del Estado de Veracruz, Alberto Silva Ramos.

En octubre reaparece en un evento en el puerto de Veracruz, donde reiteró que nunca se presentó una denuncia en su contra por el escándalo en la delegación federal de Sedesol. Que incluso había escrito a los titulares de la Secretaría de la Función Pública y de la Procuraduría General de la República para conocer si había algo en su contra, y le contestaron que no había nada.

En entrevista con medios en ese mismo evento, calificó como “inviable” la gubernatura de dos años, reciente reforma enviada por el gobernador Javier Duarte y aprobada en el Congreso del Estado. Incluso declaró “En lo político me vinculé con un Senador que aspira a ser precandidato y de alguna manera yo lo veo con cierta perspectiva política, es el joven José Yunes Zorrilla, y me ha estado pidiendo que le ayude y asesore en trabajos de gestión”.

Explicó que durante todo este tiempo estuvo trabajando en su despacho haciendo estudios y trabajando con amigos de la Ciudad de México.

En finales del mismo año, trascendía también que Ranulfo Márquez sería el director general del Registro Agrario Nacional, dependiente de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), que encabeza Jorge Carlos Ramírez Marín.

Hoy “Tonicho” regresa al Gobierno de Veracruz al que tanto ha servido. Su nombramiento, junto al de Flavino Ríos Alvarado, lleva un sospechosismo: o se trata de cerrar la administración con la experiencia probada (desdeñada en los últimos, debemos apuntar) o de plano los minatitlecos se están apoderando del Palacio de Gobierno.

Xapapá.

7 de enero de 2015

¿Quién decide quién es periodista?

Dedicada a Julio Scherer

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Hace muchos años, en Acayucan, el dueño de un periódico local le decía a joven aprendiz de reportero: “Ahí está tu charola; vete a reportear”. Se refería a la credencial de prensa con la que se identificaría ante la sociedad como un trabajador de los medios de comunicación.

—Oiga, jefe… ¿Y cuánto voy a ganar?
—¡N’mbre! ¡Un chingo! ¡Con esa charola puedes ganar lo que quieras! ¡No necesitas que te pague un sueldo!

En pocas palabras, al novel periodista le decía su director que no necesitaba pagarle porque le había dado en las manos la oportunidad para “charolear”, mostrar influencia; cobrar ante los funcionarios y políticos una cantidad relativa a sus ambiciones. “Chayotear”, pues. Extorsionar.

Al paso de los años, el periodismo no tenía una formalización profesional. De hecho, todavía abundan los denominados “empíricos”: periodistas que aprendieron el oficio en la calle o al lado de periodistas con más experiencia, sin acudir a ninguna universidad o colegio. Con limitaciones, pero al final de cuentas trabados en este rollo de los medios.

A la generación que pertenezco, algunos académicos siempre decían que los “empíricos” eran algo así como lo peor que hay en periodismo, porque no tenían formación, distorsionaban el oficio, entre otras “atrocidades” más; los más prudentes eran más realistas: no es lo mismo aprender en las aulas que en el campo… “Si vas a ser periodista, tienes que ir a la calle a romperte la madre, porque todos los 4 años que gasten de colegiatura tus padres en la universidad, allá afuera no sirven para nada”.

La carrera de Periodismo relativamente es joven en comparación a las tradicionales y clásicas carreras de Medicina, Ingeniería, Arquitectura o Derecho. En la Ciudad de México, se fundó la Escuela de Periodismo “Carlos Septién García” el 30 de mayo de 1949; en la Universidad Veracruzana, la actual FACICO (Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación) fue fundada como Facultad de Periodismo el 22 de febrero de 1954. Cientos de estudiantes han egresado de allí, así como de varias universidades privadas que empezaron a proliferar en los años 90, por un auge que no ha expirado desde la década de los 80. De hecho, Comunicaciones vendría a ser como la carrera “fresa” del momento, donde los aspirantes a salir en la tele, ser bailarines, actores, locutores y hasta modistos, buscaban el escaparate de las carreras técnicas o industriales. Lo que en su momento fue la abogacía o la medicina, el mismo auge tuvo estudiar LCC.

Este apogeo en Comunicaciones, en opinión de un servidor, no ha terminado: generaciones tras generaciones de nuevos periodistas siguen saliendo de las aulas con formación académica. Son pocos los que realmente sobreviven a este oficio y sólo los mejores perduran. El camino que elijan, la fuente que cubran, el estilo que adopten, va sobre la marcha.

La realidad es que para medios de comunicación hay una pesadilla en común: cuando inicias en este oficio, aspiras en grande a tener un buen salario, pero el título universitario sólo sirve para colgarse en la pared. Aquí sólo se demuestra talento, nada más.

Pero esas aspiraciones, legítimas, contrastan cuando te enteras que tus primeros centavos son pocos; ganas apenas para comer y trasladarte en el día; que tendrás que pedirle a tus padres que te esperen un poco más en la casa o te sigan pagando el departamento. Que tu primer raquítico salario como periodista es una ganga, pero te conformas con ver tu crédito en el impreso, escuchar tu voz en la radio o verte en la televisión.

Moisés Sánchez Cerezo es de esos empíricos que quizás no aspiraba al glamour de los medios. Hizo lo que todo ciudadano quiere hacer: ser escuchado por encima de la negativa de conductos oficiales o periodísticos por reflejar la realidad de lo que acontecía en su comunidad. Como seres humanos, siempre tendremos inquietudes que dar a conocer y tendremos los obstáculos para expresarlo: podríamos llevar una carta a la redacción de un periódico, pero si ésta va en contra de los intereses de la empresa, sencillamente no pasa. Incluso el periodista tiene que lidiar diariamente con este escenario de censura.

Los más inquietos, incluso desde la juventud, crean periódicos locales en sus secundarias o preparatorias porque sienten esa necesidad primaria de expresar, dar a conocer algo o todo. Los más visionarios, al pasar de la edad de la punzada, crean periódicos o panfletos para su pueblo.

Últimamente los medios de comunicación se han contaminado por los intereses políticos. Son contados los empresarios periodísticos o periodistas que fundan medios y aplicar técnicas para decir la verdad. Detrás de cada proyecto periodístico, hoy en día, no podemos negar que atrás exista un interés --mínimo-- como el de llevarse bien con el presidente, gobernador o alcalde en turno. Los más son proyectos más perversos: políticos metidos a empresarios periodísticos porque tienen intereses rudimentarios: mamar del presupuesto, atacar a sus enemigos o vanagloriar a los amigos.

Por eso es que ningún político tiene la calidad moral para decidir quién es periodista y quién no lo es. Tan determinante es lo anterior, que los mismos políticos se burlan del gremio al subir como periodistas a farsantes con cámaras de dos pesos que los extorsionan por 50 pesos. Para el político veracruzano, resulta que los periodistas son algo así como “La Tiliches” que anda metida en todos lados en Xalapa.

Por eso, en reciprocidad, los periodistas vemos como farsantes a los políticos, porque en esencia no lo son: no sirven al bien común.

Moisés Sánchez Cerezo podría decirse que a lo mejor no era un periodista formado en las lides de una facultad; que no vivía del periodismo quienes sí dependemos totalmente de lo que redactamos. Que tenía una tienda de abarrotes o era taxista porque este oficio, si se aplica con honestidad pulcra, da poco para sobrevivir, aunque, respetuosamente, diría que bien podemos vivir decorosamente del trabajo periodístico, sin necesidad de desviarnos del oficio.

Es decir, el periodista, sí realmente es periodista, vive apasionadamente su trabajo al grado de que éste lo cela, lo limita en su vida personal. Creo que sería difícil dedicarse a otra cosa, porque el periodismo se vive desenfrenadamente y se sabe de los riesgos del oficio: pensar que no hay consecuencias sobre lo que se escribe, es creer ingenuamente que vivimos en una democracia plena.

Este miércoles murió el más grande periodista de México, Don Julio Scherer García. Alcanzó a Regina Martínez, la mejor de todos nosotros en Veracruz. El semanario Proceso que fundó, detalla una frase del viejo periodista que debe ser la enseñanza para las nuevas generaciones de reporteros y reporteras trepados en la soberbia pedorra y la vanidad de las redes sociales: “Mi condición de periodista me obliga a la imparcialidad, difícil de sostener en la doble condición de mediador y cronista de los acontecimientos que vivimos. Debo, pues, cumplir exclusivamente con las reglas de mi profesión”.

Y por eso creo que Moisés Sánchez Cerezo no era periodista: no podía tener esa doble función como activista y reportero. Pero tampoco creo --quiero pensarlo así-- que su objetivo en la vida haya sido convertirse en víctima. Era un ciudadano preocupado por lo que acontecía en su ambiente; alguien que pasaba los tips a periodistas; alguien que por momentos difundía lo que pasaba en su diario acontecer, porque tenía que manejar un taxi o atender una tienda de abarrotes para vivir.

Y no, no degradamos su modus vivendi alternativo. Su desaparición pesa, como la de muchos que no han regresado a casa, porque es un ser humano que fue arrebatado de su familia con violencia.

Pero igual no soy quien para decidir quién es periodista. Sólo creo que queda el trabajo para hablar por sí mismo de cada quien.

Aunque hoy es más fácil para unos pocos con reverberación, irresponsablemente crear mártires y crear causas en un Veracruz donde no basta soñar: hay que vivir la realidad.

Vivir entre los sueños, es como navegar a la deriva buscando reflectores de los faros, en un oficio donde sólo se debe observar y relatar la simple cotidianidad. Así nomás como Scherer.

4 de enero de 2015

Fin del 2014 en Veracruz.... ¿Y el Velódromo, apá?

Tanto ruido y ya...

Pablo Jair Ortega - pablojairortegadiaz@gmail.com.- Iniciamos con malas noticias este 2015: se reporta la desaparición de Moisés Sánchez, propietario y editor de un semanario en el municipio de Medellín. A esto se suma la desaparición el año pasado de Tomás David Matus Galván, articulista del semanario “El Regional”, de Coatepec. Ambos desaparecidos en un estado donde las prioridades son electoreras. Que sus familias tengan buenas noticias pronto y aparezcan sanos y salvos.

Pasó la fiebre del fin de año. Nos referimos a las fechas decembrinas donde todo mal pasó a segundo plano y las familias se unieron a celebrar la Navidad y Año Nuevo… Bueno, casi… Porque con eso de que a los empleados de gobierno aparentemente les pagaron en el último minuto del 2014, ya se imaginará que muchos no tuvieron el diciembre que esperaban, más si se endrogaron en “El Buen Fin” con la bonita y ostentosa pantallota china de trinchemil pulgadas.

Y ahí tiene a los alcaldes de varios ayuntamientos veracruzanos que de plano no tuvieron para pagar aguinaldos y algunos hasta quincenas.

En el sur de Veracruz, ni siquiera Santo Clos les trajo agua decente de la sierra de Tatahuicapan, porque los móndrigos de intereses políticos dejaron sin el vital líquido al menos a medio millón de habitantes de Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque. Ya se imaginará usted que hasta los hoteles de cinco estrellas estaban sufriendo las penurias de no ofrecer buen servicio a sus alojados, porque el agua salía del grifo con color caca y sabor a sal.

Otra de las fiebres fue que Veracruz estuvo de moda… Al menos por unas semanas, pues pasaron los Juegos Centroamericanos y del Caribe, y luego la afamada Cumbre Iberoamericana, donde los presidentes picudos de Sudamérica nos pintaron mocos.

Todo muy padre: deportistas, periodistas de todo el mundo, seguridad al por mayor y muchos reflectores para Veracruz… Al menos para el puerto y Xalapa, porque esta entidad es un chorizo gigantesco con 8 millones de habitantes y múltiples problemas sin resolver.

Entre las tristes realidades --luego de tanto jolgorio-- es que ahora tenemos un gran elefante blanco de más de 434 millones de pesos, que fue el costo del velódromo de Xalapa que se supone es uno de los mejores del mundo, pero… ¡Sólo se usó una semana!

Y ahí tiene usted ese armatoste gigante que se apuraron a construir de última hora, con los estándares altísimos de calidad para el deporte de la bicla en pruebas bajo techo, pero que al final de los juegos volvió a ser un edificio vacío como lo estaba el lote donde está asentado.

A estas alturas, a lo mejor ya se les acabaron las ideas a los genios del deporte en Veracruz. Pasó ya la mejor parte del bussiness empresarial y se anunció que se convertiría ese monumento deportivo en un Centro para pachangas, conciertos y demás eventos quesque porque a Xalapa le falta uno. Ya sabrá: buscarán la manera de llenarlo de locales de tacos, garnachas y bares.

Y así se está yendo al caño el Velódromo de Xalapa. A más de un mes de que terminaran los mentados Juegos Centroamericanos, hasta hoy no se les ha ocurrido siquiera organizar un torneo regional, interestatal o nacional para ocupar esas instalaciones tan carísimas. Vaya, todavía se pueden ver a los ciclistas en la mañana por la carretera Xalapa-Coatepec, porque las instalaciones del estadio ciclista están cerradas.

El mayor legado deportivo de la historia empolvándose con el mugriento smog de Xalapa, olvidado como los pendones en los postes que fueron también el negociazo de esa justa deportiva.

Así fue el fin del 2014 en Veracruz: entre la cacareada internacionalización y los problemas de la aldea que son nuestra cruda realidad presente.